"Disfrutar aquí de las victorias es imposible"
El Atlético volvió al entrenamiento 12 horas después de su victoria en el Camp Nou
El Atlético no trata ya de refugiarse en frases prudentes. Se siente campeón con todas las letras, en la misma frontera del doblete (Copa y Liga). Pero sabedores de que aún quedan cinco jornadas para la conclusión del campeonato, los rojiblancos no quieren caer en la euforia. Ayer mismo volvieron. al tajo 12 horas después del éxito. Pero están seguros de que tras el triunfo en el Camp Nou el título ya no se les puede escapar. "Somos conscientes", reconoció Antic, "de estar acariciando algo que nos corresponde"."Pronunciar la palabra dóblete cuesta mucho", añadió el técnico, "pero para nosotros ya es un sueño que está muy cerca. Se trata de ahorrar energía y vivir para este tramo, que merece la pena". ¿Se puede dar al Atlético ya como campeón de Liga? "Tocando madera...", afirmó Solozábal.."La verdad es que si hubiésemos perdido", reconoció, "hablaríamos de que la Liga es nuestra. Pues ganando... Dependemos de nosotros de una manera definitiva".
Lo cierto es que la alegría arrancada por el Atlético en Barcelona, su acelerón con vistas al título, apenas, pudo ser celebrada. Aunque algo más sonrientes que de costumbre, los jugadores tuvie ron ayer una rutinaria sesión de entrenamiento. Es el sino de este equipo en esta temporada infernal. "Aquí", se lamenta Caminero, "disfrutar de las victorias noticias es casi imposible. Hay muchos partidos y muy seguidos". No pudo festejar el Atlético su reciente título de Copa, ni pudo saborear a lo grande el decisivo triunfo del sábado. Todo queda aplazado hasta que la Liga esté matemáticamente conquistada.
Ayer, 12 horas después del combate en el Camp Nou, la plantilla volvió al trabajo. Tan sólo faltaron al ensayo Simeone, que se encuentra en Argentina, Pantic, que se incorporó a la concentración de la !elección yugoslava, Caminero, lesionado, y Roberto y Vizcaíno, de permiso en Barcelona.
El Atlético tiene aún por delante cinco citas ligueras (Valencia, Compostela, Salamanca, Tenerife y Albacete). Radomir Antic se niega a especular con los nosibles resultados inara sefialaruna fecha concreta del alirón: "No quiero hacer cálculos. Las calculadoras que utilizaron los demás ya reventaron. Nadie acertó en los pronósticos. Ha ganado la humildad".
El Atlético, en cualquier caso, no pudo celebrar su victoria en el Camp Nou. Tan sólo le dio tiempo a compartir durante unos minutos el entusiasmo de sus aficionados, que en un número aproximado a 2.000 dedicaron un recibimiento multitudinario al equipo en el aeropuerto de Barajas. Todos tuvieron un hueco entre los cánticos de la hinchada colchonera, pero, sobre todo, Antic. El preparador correspondió como pudo los piropos de la gente. Y mientras, resoplaba: "¡Qué bonito es cuando se gana!".
Biaggini y sus cruces.
En la final de Zaragoza, el Atlético se agarró a un sortilegio de uno de sus utilleros para buscar ayuda (plantar ajos en el césped). El sábado, en cambio, tan sólo necesitó de una vieja manía de Biaggini: formar una cruz de esparadrapo en una de sus espinilleras y otra en su camiseta. La fórmula dio suerte al equipo.
Molina, a bolsazos.
El multitudinario recibimiento que se encontró el Atlético a su llegada a Barajas (unos 2.000 seguidores) superó todas las previsiones. Los aficionados se agolpaban en masa a las puertas de la sala de equipajes y complicaban la salida de los rojiblancos, a quienes les costaba un mundo alcanzar el autobús. Algunos, como Radomir Antic, lo conseguían gracias a un pasillo policial. Y otros, como Molina, a base de bolsazos. Una vez consideró que los seguidores ya le habían abrazado y besuqueado demasiado, el jugador se defendió con su bolsa de viaje. "Molina, tronco, que hemos ganado", le contestaban, asustados, los hinchas.
Un robo en falso.
Durante diez minutos, Caminero, el héroe de la jornada, sospechó que la aventura le había salido demasiado cara. Cuando se disponía a abandonar el avión, el jugador descubrió sorprendido que le faltaba la americana y los zapatos. La primera sospecha señaló hacia alguien de la veintena de aficionados que acompañó al equipo durante el viaje. Todo acabó en una falsa alarma. Lo que había hecho el presunto ladrón era llevársela corriendo a López, creyendo que era el dueño de las prendas.
A por los bocadillos.
El esfuerzo del partido dejó hambrientos a los jugadores del Atlético. Por eso, nada más aparecer por el aeropuerto del Prat (Barcelona), futbolistas como Molina, Kiko, Solozábal o Ricardo se dirigieron a toda velocidad al bar del puente aéreo para devorar unos cuantos bocadillos.
Antic jr., un forofo.
Cuando Radomir Antic apareció por el aeropuerto del Prat (Barcelona) se encontró con un acalorado aficionado, que enfundado en bufandas rojiblancas se le acercó y le regaló un beso. El hincha resultó ser su hijo mayor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.