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Un equipo de nadadores inválidos topa con la ley que fija las plazas de disminuidos por avión

Cuarenta nadadores con minusvalías físicas no pudieron embarcar juntos el pasado 11 de abril en un avión de 168 plazas que les iba a llevar desde Madrid a unos campeonatos nacionales en Tenerife. La causa: la normativa de Aviación Civil que limita a un 10% el máximo de Pasajeros minusválidos en los aviones por problemas de evacuación en caso de accidente. La solución de la compañía Air Europa fue repartir el grupo en tres aviones, con lo que algunos llegaron con retraso. Los afectados esgrimen que no todos los minusválidos tienen su movilidad reducida.

Este caso no es único y la Federación española de deportes para minusválidos físicos está planteándose pedir a Aviación Civil que matice la citada normativa. Explican que entre los discapacitados hay personas sin problemas de movilidad aunque les falte un brazo o media pierna y otros que dependen siempre de la ayuda ajena para desplazarse. Y creen que no se puede medir a unos y a otros por el mismo rasero.Los cuarenta miembros de las Federaciones de natación para minusválidos de Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Asturias tenían billetes para el vuelo a Tenerife que salía el jueves 11 de abril, a las dos de la tarde, del aeropuerto de Barajas. Entre ellos había ventitrés deportistas con diferentes discapacidades como la carencia de algún miembro. Sólo dos precisaban de silla de ruedas para moverse. El resto del grupo estaba formado por técnicos sin minusvalía alguna.

Cuando la compañía Air Europa, responsable del vuelo, se enteró de que eran un grupo de discapacitados físicos, esgrimió la necesidad de repartirles en varios aviones para cumplir con las normas.

Eso provocó el malestar de los deportistas, seguros de que la mayoría de ellos podría evacuar un avión sin problemas en caso de que fuera necesario. La discusión se saldó repartiendo el grupo en tres aviones distintos lo que hizo que los últimos en salir llegaran con varias horas de retraso respecto al horario previsto.

Herminio Gil, director general del grupo Air Europa, explica que su obligación es acatar la normativa para no exponerse a sanciones.

"Tenían que habernos comunicado desde un principio que eran un equipo de minusválidos pero sólo nos dijeron que llevaban a dos personas en silla de ruedas, fue al facturar cuando nuestro personal se dio cuenta del problema", añade. "Puede que haya personas con minusvalías que se desenvuelvan mejor que cualquiera en caso de accidente pero hay una ley e incumplirla supondría una sanción para la empresa y la retirada de licencia al comandante", concluye Gil.

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Informar de las sillas

Asunción Cuesta, responsable de la Federación española de Natación, asegura que lo habitual es informar a la compañía aérea de las personas que precisan ayuda para moverse pero no de aquellas a las que les falta un brazo o una pierna. "Hay veces que surgen estos problemas, en otras ocasiones la compañía no nota que tiene delante un grupo de minusválidos y no aplica la norma y también se dan casos en los que, al final, el comandante de la nave comprueba que los afectados pueden moverse y los deja pasar", explica. En las grandes competiciones internacionales se tramitan permisos especiales con los responsables políticos para facilitar los desplazamientos."Pero, como cada vez hay más movimiento de minusválidos en avión, nos estamos planteando, aunque eso lo decidiremos en la junta de la próxima semana, plantear a Aviación Civil una matización de la normativa", añade. "Las limitaciones a minusválidos en silla de ruedas están claras porque sí son casos con problemas de movilidad, pero, para establecer ese 10% no se puede considerar de igual manera a personas con prótesis", apostilla.

"Es un problema de desconocimiento, por ejemplo, alguien ajeno a estas cuestiones piensa que un chico con prótesis en ambas tibias se mueve mal y lo cierto es que puede correr y andar como cualquiera y mucho mejor que personas ancianas o con cardiopatías a quienes no se les establecen esas limitaciones", concluye.

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