Unicaja choca con el Estudiantes de siempre

Una defensa agresiva que no dejaba resquicio al rival, velocidad chispeante en el contraataque y alegría en todo lo demás fueron las armas esgrimidas por el Estudiantes para pasar por encima del vigente subcampeón de la Liga ACB. En realidad, el equipo madrileño sólo tuvo que escarbar en sus entrañas y volver a los orígenes. El Estudiantes recuperó sus virtudes. Y a partir de ahí, la victoria pareció cuestión de trámite.Encontró el grupo de José Vicente Hernández la involuntaria colaboración de un Unicaja muy distinto al que arrollaba al Taugrés en la jornada anterior. Los malagueños pecaban de excesiva pasividad en defensa y permitían los lanzamientos, cómodos de Thompson, que aprovechaba la atención que concitaba Herreros. La fluidez atacante del Estudiantes se correspondía con su fiereza en defensa. En ese punto, al temor que provocaba Mijailov (tres tapones colocados y muchos más en la imaginación de los hombres de Imbroda) se sumó la garra de Aísa. Su entrada en la pista influyó decisivamente en la ruptura del partido: en los últimos ocho minutos de la primera parte el Estudiantes logró un espectacular parcial de 15-1 que transformó el 23-25 del minuto 12 en el inapelable 38-26 del descanso.

El Unicaja tardó muchos minutos de la segunda parte en superar el trauma de haber estado casi un cuarto de encuentro sin anotar una sola canasta. Cuando se quitó el complejo de encima, el Estudiantes ganaba por 22 puntos y sólo quedaban 10 minutos para el final.

Desacertado en el tiro exterior (5 de 18 triples), con sus estadounidenses incapaces de aunar voluntades (cuando uno entraba en forma, el otro lo hacía en trance) y perdida la batalla de la dirección (Rodríguez nunca pudo con Azofra), al Unicaja sólo le mantuvo en pie la lucha que emanaba del carácter de su técnico.

Conservaban los malagueños un objetivo menor, ganar el basket-average particular -vencieron en Málaga por 85-75-, pero fracasaron. Siempre les quedará el dudoso consuelo de que se toparon con el mejor Estudiantes posible, el Estudiantes de siempre.