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Reportaje:

Los Bulls viajan hacia la grandeza

El equipo de Chicago bate el récord de victorias en la NBA

Los Chicago Bulls han batido el récord de victorias en una temporada en la NBA al conseguir su triunfo número 70, después de derrotar a los Bucks de Milwaukee por 86-80. El récord anterior estaba en poder de los Lakers de Los Angeles en la temporada 1971-1972, en la que el equipo californiano contabilizó un total de 69 victorias. Pat Riley, entrenador de los Miami Heat, ha definido a este equipo de los Bulls. 95-96 como "un equipo que está en el camino hacia la grandeza".Obviamente, deberá haber un título de campeón al final de ese camino para que Chicago figure como uno de los equipos más grandes en la historia. Pero incluso un título no serviría para convencer a muchos observadores. Para algunos analistas, los Bulls son un equipo muy bueno que se ha beneficiado de la debilidad provocada por la expansión de la Liga (Toronto y Vancouver) para sumar victorias. No tienen, dicen, nada que ver con los Celtics o Lakers de los años ochenta.

Pero una cosa es cierta: los Bulls de 1996 son demasiado buenos para el resto de la Liga. Tienen en su plantilla al jugador más grande de todos los tiempos: Jordan; al mejor jugador en la actualidad: Pippen; y al jugador más extraño de todos los tiempos: Rodman. Otros como Toni Kukoc, nada feliz al principio de temporada, se han convertido en excepcionales reservas. Esta mezcla de personalidades y talento podría haber explotado fácilmente. Sin embargo, ha emergido como un equilibrio sólido que ha arrasado a sus oponentes en medio de una armonía casi perfecta.

Ese equilibrio perfecto empieza en el entrenador Phil Jackson. El técnico es respetado por los jefes Jordan y Pippen, escapaz de inculcar un espíritu ganador y es un gran manejador de los egos de sus jugadores. Tácticamente, Jackson ha construido un monstruo.

En la cancha de juego todo empieza con Jordan. Hace un año, Michael estaba en dificultades con el béisbol; ahora se aproxima a su octavo título de máximo anotador de la Liga. Después de jugar 17 partidos la pasada temporada, en los que se readaptó al ritmo de la NBA, Jordan disfruta esta temporada de una situación casi perfecta. Jordan puede volver a ser MVP (jugador más valioso) y situarse, además, en una posición negociadora con su club que le permita firmar él contrato más estratosférico en la historia de la NBA: 75 millones de dólares (casi 10.000 millones de pesetas) por tres temporadas. Pero Jordan, el mejor jugador del mundo, declara que no es, ni siquiera, el mejor de su equipo: "Creo que Pippen es el mejor", dijo Jordan sobre su compañero. Pippen ha recompuesto su cabeza después de una temporada en la que casi se autodestruyó, huérfano de Jordan.

Tercer triángulo

El tercero del triángulo de los Bulls es Rodman. El jugador más bizarro de la NBA. Tan salvaje fuera como dentro de la cancha. Ha entrado muy bien en el sistema y se ha preocupado de defender y rebotear.Los demás jugadores se encuadran perfectamente en sus papeles. Tal vez con la excepción de Kukoc, que sufrió al principio de temporada la pérdida de su puesto de titular. Ahora, Kukoc se ha adaptado perfectamente a salir del banquillo. El poderoso banquillo de los Bulls se completa conjugadores como Werinington, Lorigley, Kerr o Simpkins, capaces de mantener arriba el equipo cuando descansan los titulares.

El público no se cansa de ver a los Bulls. En esta temporada histórica, Chicago se ha convertido en el equipo más atractivo de ver en directo (21.000 espectadores fuera de casa). Doblan, además, los niveles de audiencia televisiva de cualquier otro equipo.

La pregunta del millón, de cara a los play off, es: ¿tienen los Bulls 96 puntos débiles? Para algunos observadores y analistas la respuesta es: sí, y notorios. Se habla del factor edad: Rodman (35 años), Jordan (33), Pippen (30). Los Bulls son el equipo más veterano de la Liga (30 años de media). Por ello, el factor fatiga es una preocupación. Se habla también de la falta de un hombre alto importante, lo cual podría ser peligroso en los play off cuando se enfrenten a un pívot dominante, particularmente Shaquille O'Neal, de los Orlando Magic.

Ciertamente, la derrota de Chicago en los play off no es imposible. Pero los de Chicago dan la impresión de no preocuparse mucho de si llegarán o no a la meta final.

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