EL REY TENIA UN BAÑO

EI descubrimiento de un baño turco que supuestamente perteneció al rey Enrique VIII de Inglaterra (1491-1547) puede limpiar la imagen de sucio que se atribuye a este monarca y al resto de los de la dinastía Tudor. El baño, cuyos restos han aparecido entre lo que fue el palacio de Enrique VIII en la zona londinense de Whitehall, donde ahora se levanta el Ministerio británico de Defensa, mide unos cuatro metros de alto, unas dimensiones idóneas para la supuesta corpulencia del monarca, ha informado el diario The Times. El baño fue descubierto por primera vez en 1939, pero el estallido de la ll Guerra Mundial y los bombardeos que lanzaron los alemanes sobre Londres lo cubrieron de escombros sin que diera tiempo a estudiarlo e inventariarlo, por lo que quedó relegado al olvido. Sin embargo, tanto David Gaimster, conservador del Museo Británico, como Simon Thurley, conservador de los edificios reales históricos, comprobaron que en un inventario del antiguo palacio de Whitehall fechado en 1543 se hacía referencia a un "baño privado", lo que les llevó a excavar en la zona. El periódico señala que el hallazgo "puede dar lugar a que se reescriban los libros de historia" acerca de la sucia reputación de los Tudor, célebres porque "rara vez se lavaban". No obstante, y antes de proceder a limpiar la inmundicia acumulada durante más de cuatro siglos, Gaimster declaró al rotativo que "una cosa es tener un baño, y otra usarlo, aunque quizá (Enrique VIII) lo utilizara alguna vez".-