Canal no llenara la presa de El Atazar hasta mayo por seguridad

Rebosará, pero muy lentamente. El Canal de Isabel II ha decidido no llenar la presa de El Atazar antes del 15 o 30 de mayo, momento en el que se espera que suba la temperatura del agua y disminuya la presión del líquido sobre los 141 metros de pared de la presa.El Canal ha aprobado esta medida sobre la mayor presa de la región tras conocer el primero de los informes -costó 15 millones de pesetas- que pidió al ingeniero suizo Giovanni Lombardi, uno de los mayores expertos mundiales en embalses.

Hace 18 años, los ingenieros descubrieron grietas en el centro de la presa, que repararon mediante la inyección de resinas. Desde entonces, se limita su capacidad máxima de almacenado en invierno al 77%..El Atazar estaba ayer, ya primavera, al 89,8%.

El informe de Lombardi-señala que el mayor problema del embalse le encuentra en las rocas que lo sustentan. "Es claro que el sitio de El Atazar, que es en sí morfológicamente interesante para una presa de aéreo, presenta condiciones geotécnicas que lo hacen poco adecuado para una obra de este tipo", dice. Lombardi considera " poco prudente" llenar la presa "debido al deterioro de la cimentación y la correspondiente incertidumbre sobre el estado actual de la roca". Opina que lo mejor es dejar un margen de tres o cinco metros sobre la cota máxima. Lombardi emitirá un nuevo informe en mayo cuando concluyan las pruebas de cimentación que se han encargado.

Los más de 100 hectómetros cúbicos de nieve que existen en las montañas no caben en los embalses. Sólo tienen hueco para 76 hectómetros. Según los datos del Canal, los pantanos ya están al 91,81 % de su capacidad (lo que significa 868 millones de metros cúbicos almacenados). El año pasado, estos mismos embalses estaban al 58,6% de su límite máximo.

El deshielo está siendo lento. En la última semana, sólo se han deshecho 11 hectómetros cúbicos. "Está siendo un deshielo de reloj", explica Antonio Beteta, presidente del Canal. Desde enero, se han vertido a los ríos más de 250 hectómetros cúbicos: lo que Madrid consume en ocho meses.