La amenaza del Norte salva al presidente surcoreano de un desastre en las urnas
Las recientes incursiones norcoreanas en la zona desmilitarizada que divide la península asiática desde 1953 parecen haber actuado como un revulsivo entre los votantes surcoreanos, que ayer volvieron a dar la victoria en las elecciones legislativas al partido del presidente Kim Young Sam. A pesar de que los sondeos de hace varios días presagiaban un cataclismo para el Partido de la Nueva Corea (PNC), tras la implicación de un asesor del jefe del Estado en un escándalo de corrupción, los candidatos gubernamentales lograron 122 de las 253 circunscripciones en liza y aspiraban a sumar 18 de los 46 escaños de asignación proporcional.
Con el 99% de los votos escrutados, el PNC alcanzaba un 39,1% de los sufragios y se quedaba en 139 escaños, muy por debajo de los 150 que le dieron la mayoría absoluta en un Parlamento de 299 escaños en los anteriores comicios generales, celebrados en 1992. Un portavoz del partido del presidente surcoreano expresó una "prudente satisfacción" tras conocer estos datos. "Hemos tenido mejores resultados de los que esperábamos", expresó la misma fuente, que consideró que su partido iba a lograr unos 140 escaños.La principal formación de la oposición, el Congreso Nacional, encabezado por Kim Dae Jung, lograba un 26,3% y 66 escaños en circunscripciones, que, sumados a los elegidos por el sistema proporcional, podrían representar hasta 79 escaños, 21 menos de los que les adjudicaban las encuestas. Los Liberales Democráticos Unidos, tercera fuerza en el Parlamento, con un 19,6% se situaban en el recuento final en 41 escaños y nueve proporcionales. El minoritario Partido Democrático. contaba con un total de 15 y los independientes con 16.
El erróneo anuncio de los primeros sondeos a pie de urna ofrecidos por tres cadenas de televisión y una emisora de radio, que habían pronosticado una victoria arrolladora del PNC con más de 175 diputados, se vio contrarrestado con la realidad, menos eufórica, del escrutinio oficial.
Las centralitas de los medios de comunicación quedaron bloqueadas ante la oleada de llamadas de protesta contra las erróneas predicciones de los sondeos.
Aun así, la mayoría alcanzada por el partido que ejerce el gobierno constituye una sorpresa para los analistas políticos surcoreanos, a pesar de que ya habían aventurado en los últimos días un cambio de la tendencia de voto a favor del partido de Kim Young Sam tras las incursiones de tropas norcoreanas en la zona desmilitarizada. Pero las continuas amenazas de las autoridades de Corea del Norte parecen haber alterado definitivamente las preferencias de los electores a favor del PNC.
Mientras las votaciones se desarrollaban con normalidad en Corea del Sur -tan sólo alterada por la manifestación de una millar de estudiantes radicales en la Universidad de Seúl-, Pyongyang volvía ayer a la carga con sus amenazas. El diario Rodong Sinmun, órgano de expresión del Partido de los Trabajadores (comunista) de Corea del Norte, aseguraba que el ejército del Norte estaba preparado para "responder al fuego con el fuego, al golpe con el golpe, y a limpiar la península coreana". En la misma escalada de guerra dialéctica que ha atravesado en los últimos días el pararelo 38, las autoridades de Pyongyang hacían llegar ayer a los votantes surcoreanos amenazadores mensajes: "Tomaremos medidas de defensa contra los ataques del Sur mil veces más contundentes".
La participación en las elecciones legislativas de ayer, con un 63,9%, fue la más baja jamás registrada en unos comicios en Corea del Sur. En las legislativas de 1992, la afluencia a las urnas fue ocho puntos superior, y cuatro en las municipales celebradas el año pasado, el las que la oposición arrolló al PNC y logró hacerse incluso con el control del Ayuntamiento de. Seúl.
Escándalos políticos
En medio de la crisis con Corea del Norte y de los escándalos políticos que han llevado a la cárcel a los dos predecesores del presi.¿ dente Kim Young Sam, se esperaba una participación más alta en las legislativas. No obstante, muchos votantes prefirieron aprovechar la primaveral jornada -por lo demás declarada festiva- para salir de las ciudades. El desencanto de los electores surcoreanos ante las promesas de reforma y regeneración de la vida pública ha sido patente. El mismo Kim Young Sam, que reformó el sistema bancario para u hacer aflorar las comisiones ilegales y firmó una ley especial para poder procesar a Chun Doo Hwang y Roo Tae Woo, se, ha visto salpicado por la corrupción. Uno de sus secretarios personales está en prisión, acusado de haber recibido pagos millonarios para financiar su campana electoral en 1993. Pero al final sus belicosos vecinos del Norte le han salvado de una descomunal derrota en las urnas.
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