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Ruiz-Gallardón y el Alcalde pactan una 'vía salomónica' para el nuevo Vallecas

El presidente del Gobierno regional, Alberto Ruiz-Gallardón, y el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, cenaron el lunes para desbloquear los asuntos que enfrentan. a ambas instituciones, gobernadas por el PP. Les acompañaban el consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Luis Eduardo Cortés, y el concejal de Urbanismo, Ignacio del Río. Y la conversación tuvo efectos prácticos en 24 horas.Los políticos desbrozaron la solución para la nueva autopista del sureste (M-45), y los técnicos plasmaron ayer en un plano una vía salomónica para satisfacer las pretensiones de ambas partes. Habrá una autovía como desea la Comunidad. (que tendrá 190 metros de ancho en algunos puntos de su trazado) y una Gran Vía del Sureste (que defendía el municipio) en paralelo a la anterior.

Ambas calzadas se unirán a su paso por el nuevo barrio de Vallecas (con 20.950 viviendas). Allí la síntesis medirá unos 150 metros; es decir, la media aritmética de las posiciones iniciales de las dos administraciones (200 metros la Comunidad y 100 el Ayuntamiento).

Una parte de esa carretera (unos cien metros) estará cubierta para que el suelo del túnel sirva de asiento para un centro cívico. La Gran Vía del Sur no tiene definida, de momento, una anchura, pero podrá adelgazar respecto a los planes municipales, puesto que buena parte del tráfico quedará absorbido por la vecina M-45.

Al término de una reunión de más de cuatro horas entre los técnicos de ambas administraciones, capitaneados por Cortés y Del Río, éstos no especificaron las consecuencias económicas de su decisión.

Pero, para aviso de navegantes, el dinero necesario saldrá necesariamente de las recalificaciones de suelo en Vallecas. "Habrá menor beneficio para los empresarios", avisó Cortés. "Los promotores tendrán que hacer un esfuerzo; como todos", agregó Del Río.

A tenor del escueto resumen que ofrecen los comensales sobre la cita del alcalde y Ruiz-Gallardón, en ella no se acordó nada concreto, pero se sentaron las bases para la solución de la colección de problemas que les enfrentan. Y quedaron en aproximar las posturas de ellos mismos y de sus equipos técnicos, según explicó ayer Alvarez del Manzano, "antes de exteriorizar pareceres individualizados". Es decir, discutir en casa antes de pelear en público, como un matrimonio ideal.

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Dieron "un repaso amplio" a los asuntos que les han enfrentado en los últimos meses: la M-45 y el billete único para metro y autobús, principalmente. El menú se completó con la participación de los ayuntamientos en la cesión de tramos del IRPF a las autonomías, la operación Barajas, el chabolismo, la Ley de Capitalidad, las obras del metro y la inmigración.

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El Gobierno regional anuncia que el billete único para metro y autobús se podrá utilizar en 1997

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Respecto a los platos de peor trago, el concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, asegura que no se pactó nada más que el esfuerzo para conjugar los intereses de ambas administraciones. En la tarde de ayer se logró lo principal: la recalificación de terrenos y el proyecto municipal del nuevo Vallecas se tramitarán este mes; la Comunidad podrá mantener su apuesta por una carretera que no estrangule la zona.

El pleno municipal de abril aprobará el diseño de la miniciudad, la más grande de las cinco proyectadas por el PP en las afueras de la capital. Tanto Izquierda Unida como el PSOE se oponen a la recalificación masiva de la periferia de Madrid, mientras que los municipios que rodean a la ciudad han protestado contra la expansión urbanística que ha decidido el Gobierno de José María Álvarez del Manzano.

Por otro lado, la instauración del billete único para metro y autobús que propugna el Gobierno regional debe garantizar que el Ayuntamiento recibe la recaudación de sus autobuses de la Empresa Municipal de Transportes, según la exigencia de Álvarez del Manzano.

Los obstáculos en esta discusión parecen salvados. "Las negociaciones van por buen camino y los principales problemas se han resuelto. En enero de 1997 el billete único podrá ser una realidad", vaticinó ayer Cortés.

El problema de la financiación para poner en los 1.800 autobuses de la EMT las nuevas máquinas canceladoras que permitirán igualmente el uso del billete en el metro también se ha resuelto, según el consejero de Obras Públicas.

El Consorcio Regional de Transportes ha elaborado un estudio donde destaca que la implantación de un título único de 10 viajes para el metro y el autobús permitirá "mejorar el nivel de atención al usuario facilitando el uso del transporte colectivo y fomentando su utilización".

El organismo que coordina el transporte colectivo en la Comunidad de Madrid propone instalar en los autobuses la "tecnología magnética en formato ISO o Edmonson", que es la que utiliza actualmente el Metro de Madrid.

Nuevas canceladoras

Así, el Consorcio Regional de Transportes ya ha pensado en crear un abono turístico que se podrá utilizar en los principales medios de transporte de la ciudad. También ha proyectado, si las nuevas canceladoras se instalan en los vehículos de la ENIT, la implantación de billetes combinados sencillos con transbordo.

La Comunidad ha defendido desde hace años este modelo, mientras el Ayuntamiento lo ha considerado hasta ahora poco prioritario. Los dirigentes regionales apuntan que con el billete único se ampliará el horario de venta al público, pues los establecimientos donde se vende actualmente el bonobús cierran a las ocho de la tarde, mientras adquirir el bonometro es más sencillo, pues se vende en las taquillas del subterráneo, abiertas hasta la una de la madrugada.

Tras resolver los dos problemas principales, Alberto Ruiz-Gallardón y José María Alvarez del Manzano deberán consensuar ahora la Ley de Capitalidad, una de las promesas electorales de los dos dirigentes.

El Ayuntamiento quiere, además de un canon por los servicios que presta por ser Madrid capital del Estado, una serie de competencias que hoy gestiona la Comunidad de Madrid. El Gobierno regional mantiene que sólo negociará el dinero y los honores, pero no una ley que ceda competencias al municipio. "Eso tiene que llegar a través de un pacto local", ha dicho Ruiz-Gallardón.

Obras son... atascos

Uno de los quebraderos de cabeza que el alcalde, José María Álvarez del Manzano, teme que le dé en los próximos meses el Gobierno regional se refiere a la proliferación de obras en la ciudad por las ansias expansionistas del metro.Para cumplir su programa electoral, el equipo de Alberto Ruiz-Gallardón debe construir 23,9 kilómetros de ferrocarril subterráneo en los cuatro años de mandato. Para marzo de 1997 estarán comenzadas todas las obras. Y dos de ellas vienen a caer en el paseo de la Castellana y en Cuatro Caminos.

Al afán constructor de Ruiz-Gallardón se sumarán las algo más modestas obras del Ayuntamiento: el túnel de Ríos Rosas y el paso elevado del Puente de los Franceses, el túnel y aparcamiento frente al palacio de Oriente y quizá algún agujero más. Y las obras de instalaciones de gas y agua.

El alcalde vaticina incluso un posible agravamiento del problema cuando se falle el concurso para la explotación de una red de cable (en el mejor de los casos, Telefónica tiene ya algunos tendidos principales, pero tendría que ampliarlos).

La consecuencia lógica de tanto casco y mono azul afanándose sobre las calles de Madrid será, según teme el alcalde, un caos total del tráfico y un paisaje que remedará el de Sarajevo.

Solución de Álvarez del Manzano: coordinación entre las administraciones y planificación de las obras.

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