El Zaragoza no pasa del empate
Ni contragolpe ni fútbol ofensivo. Espanyol y Zaragoza han optado por el fútbol denso, físico y de contacto, para dirimir sus confrontaciones esta temporada, renunciando a sus mejores virtudes. Y como en las ocasiones precedentes el público tuvo que asistir a cuarenta y cinco minutos de un espectáculo feo y crispado, antes de que los contendientes se decidieran a emplear sus mejores armas.El Zaragoza rechazó, tras el descanso, la batalla que el Espanyol le había ofrecido en el círculo central, donde los jugadores de Camacho se mostraban cómodos e imponían su mayor fortaleza física. Optó por ensanchar el campo y buscar en las bandas a Belsué y García Sanjuán. El panorama cambió radicalmente. Del cuerpo a cuerpo, se pasó a un juego veloz, vibrante, con multitud de ocasiones, que la desafortunada noche de ambos guardametas alimentaba aún más. El Espanyol, pese a los problemas que atravesaba Toni, tampoco estaba a disgusto. Brnovic y Francisco vieron aliviado el espacio por el que se movían y encontraron los huecos precisos para lanzar balones a Urzaiz.
Los jugadores locales se hicieron dueños del balón y, consecuentemente, del partido. Sin embargo, fallaron en los metros finales. Especialmente Rambert y Gustavo López desaprovecharon oportunidades de las que se exige el gol incluso en regional. Los dos argentinos optaron por la acrobacia circense cuando Toni se encontraba fuera del marco.
Curiosamente, los goles llegaron cuando más áspero estaba el partido. En los minutos en los que unos y otros habían optado por convertir el centro del campo en el lugar donde dirimir sus cuitas.
Se adelantó el Espanyol, en un fallo garrafal de Cuartero y Belman, que no acertaron a despejar un balón fácil, dejándolo a pies de Urzaiz. Pero la concentración no parecía mucha y en la jugada siguiente, Poyet, solo en el segundo palo, cabeceó a placer un centro de Belsué.
El Espanyol, que había mostrado más ganas que acierto en su juego ofensivo, se destapó en los minutos finales, cuando Camacho dio entrada a Pacheta y Javi. Jugando entre líneas, de sus botas partieron los momentos de fútbol más incisivo, aunque el empate, al que está abonado el Zaragoza, resultó inamovible. Con el de ayer, los jugadores de Víctor Fernández cosechan su decimotercera igualada de esta Liga.
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