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Milatovic camina meditabundo

Valencia Mijatovic ha cambiado el semblante. Camina meditabundo rumiando sobre la decisión tomada: la de marcharse al Real Madrid la próxima temporada. Una determinación sin duda dolorosa para alguien tan bien adaptado a un equipo y una ciudad como Valencia. Pero la ambición personal es perfectamente legítima, el afán de superación y el de llenarse el bolsillo. Pese a que algunos fanáticos se nieguen a entenderlo. Como aquellos que el pasado viernes le insultaron tras el entrenamiento.Más inteligentes están siendo los compañeros del fútbolista, que han captado el mensaje del técnico: "Lo necesitamos y hay que apoyarlo al máximo". Pues eso. "Estamos internamente unidos para que no nos distraiga nada", declaró Aragonés después de haberse reunido con Mijatovic en un intento de proteger de agentes externos a su jugador más brillante.

Pero además Mijatovic, al contrario de Penev, no tuvo un mal gesto para nadie desde que aterrizó en Mestalla aquel verano del 93, cuando por estos lares era una auténtico desconocido. Un chico tímido y liviano que se entrenaba en solitario para ponerse a la altura de la exigente Liga española. Poco después, la Liga se le quedó pequeña al número 8. Desde el inicio tuvo momentos luminosos (a recordar aquellos lanzamientos largos y precisos que sorprendían al portero adelantado), aunque carentes de continuidad. La que adquirió cuando apareció el viejo Sabio de Hortaleza, que se reunió con él y le dijo: "Usted no puede hacer 15 goles por temporada. Debe marcar 25". Lleva 22 y si su estado de ánimo no lo remedia, seguirá las órdenes del Sabio.

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