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El PP tapia el mercado de San Blas, campo de batalla de vecinos y 'yonquis'

Vicente G. Olaya

Ladrillos. Ésa ha sido la solución elegida por la Comunidad y el Ayuntamiento para apagar la revuelta vecinal de San Blas contra los drogadictos del barrio. Un grupo de obreros tapió ayer las puertas y ventanas del mercado abandonado y ocupado desde hace dos años por los toxicómanos del distrito, en la calle de Montamarta.Durante las noches del pasado sábado y el domingo, un centenar de vecinos se enfrentó a los 50 yonquis que ocupaban la destartalada edificación. El fuego surgió en varios puntos del mercado, durante las dos noches. "Estos ladrillos no evitarán que continúe nuestra lucha porque el problema persiste, aunque tapado ahora", decía ayer Isabel, una de las vecinas que observaban los trabajos.

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Isaac Ramos, concejal del distrito; Emilio Vázquez, director del área de promoción y rehabilitación del Ivima (organismo de la Comunidad del que depende el mercado); la Policía Municipal; la Policía Nacional; varias cuadrillas de obreros y un centenar de vecinos se mira ron cara a cara ayer a las 15.00 frente al mercado. Unos llega ron para decir que apoyaban a los otros, y los otros para recordar que nadie les ha ayudado hasta que no "habían tomado sus propias medidas". "Es lo de siempre. Hasta que no te haces valer, nadie te presta atención. Ahora todos quieren salir en la foto", comentaba Raúl.

"Esto es vergonzoso", decía el concejal tras recorrer el interior del mercado donde se guarecían los toxicómanos hasta ayer mismo. Los vecinos y los agentes de la Policía le acompañaban en la visita. "Está hecho una guarrería. Apoyo a mis vecinos por completo comentaba el edil de San Blas mientras algunos residentes en la zona le espetaban: "Pues ha tenido dos anos para enterarse dónde estaba el mercado. ¿Por qué no ha actuado antes?". "Señora", respondía Ramos, "no podía hacer nada porque el edificio no era del Ayuntamiento, sino de la Comunidad".

Los vecinos piden que el mercado sea demolido

Emilio Vázquez, el director de rehabilitación del Ivima, respondió que su departamento había intentado tapiar el edificio con anterioridad, pero que no había podido porque "estaba lleno de toxicómanos". Y añadió: "No es fácil echar a esa gente itinerante". Este responsable del Instituto de la Vivienda no estaba ayer seguro de qué hacer con el mercado. "No sé si volveremos a abrirlo. Tenemos que estudiarlo. Esto tiene un uso comercial y el Ivima hace casas. A lo mejor el Ayuntamiento lo quiere".

Un grupo de unos 15 obreros, trabajadores de la constructora que lo rehabilitó hace cuatro años, ponía ayer ladrillos con celeridad en ventanas y puertas. La mayoría cubría sus rostros con mascarillas para evitar respirar el hedor que desprendían los desechos que se acumalaban en el interior. "Tapiarlo no sirve de nada", gritaban los vecinos. "Esta misma noche los yonkis intentarán darle una patada y meterse otra vez. Nos quedaremos de guardia para impedirlo cuando vuelvan, porque volverán". "No se preocupen que un coche patrulla vigilará la zona", les intentaba calmar el concejal.

El mercado abandonado de San Blas, conocido con el nombre de Hotel Drog (en referencia a que allí se vende droga), fue construido hace 34 años. Hace cuatro el Ivima comenzó su reforma. Los comerciantes lo abandonaron hasta que las obras estuvieran acabadas. La mayoría se estableció en la cercana calle de Amposta, y allí siguen. "No quieren volver. Ya se han acostumbrado a la otra calle y trasladarse de nuevo les originaría muchos gastos", comentaban ayer las amas de casa.

Todos llevan así dos años, menos uno, que se negó a marcharse y presentó una demanda contra la Comunidad. El edificio no pudo ser inaugurado y fue abandonado. Durante algún tiempo los vigilantes jurados lo custodiaron. Pero hace dos años, dejaron comercial. Según los vecinos, "dejaron encendida una radio para disimular. Estuvo funcionandon varios días. Era como una broma de mal gusto. Una vigilaba el mercado".

A los pocos días, los toxicómanos descubrieron el abandonado mercado. Entraron a saco. Arrancaron puertas y ventanas. Los reformados puestos de venta les sirvieron como habitaciones donde pincharse. Los vecinos han convocado el viernes una manifestación; quieren convertir el edificio en un centro para los jubilados o demolerlo.El grupo municipal socialista hace responsable al actual equipo de gobierno del PP del Ayuntamiento de los hechos acaecidos durante los últimos días en la calle de Montamarta. Juan Barranco, portavoz del PSOE, comenta: "No han hecho nada en los últimos anos y ahora les estalla el asunto". Barranco considera que "no se invierte nada en este barrio de 150.000 habitantes y con un número elevado de enfermos de sida por la droga". "Vamos a exigir un pleno extraordinario en el distrito para abordar el problema. Los ladrillos no solucionan nada. En San Blas hacen falta más inversiones, más vigilancia, mejores planes de prevención contra la drogadicción, ayuda a los comerciantes del barrio...", dijo.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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