Txema Olazábal baraja la hipótesis de que su enfermedad se deba a una infección hospitalaria
José María Olazábal no viajará la próxima semana a Estados Unidos para disputar el The Players Championship, un mal síntoma a tres semanas del Masters. El golfista vasco intenta recuperarse de una enfermedad reumática que se le observó en septiembre pasado y que le impide andar sin dolor y sin que se le inflame el pie derecho. Los diversos especialistas que le han reconocido aún no han dado con el origen M mal, pero no descartan la hipótesis de que el culpable inicial sea un virus hospitalario. "Lo más duro es que no sabe cuándo va a estar bien" dice su mánager.
Durante la temporada de 1994 Olazábal arrastró un dolor en el pie derecho' producido por la inusual longitud de su dedo gordo.. A finales de año pasó por el quirófano en Barcelona para reducir la longitud del dedo. La operación fue un éxito, pero Olazábal no dejó de cojear desde entonces.El dolor y la inflamación fueron, en aumento y tuvo que ser infiltrado con corticoides para poder disputar el Open Británico en julio. En septiembre dijo basta y volvió a ponerse en manos de los médicos. En la clínica Mayo de Estados Unidos le diagnosticaron artritis reumatoide en dos de los dedos del pie operado, no en el dedo acortado. "Una de las posibilidades que barajamos para conocer el origen de la enfermedad es un virus hospitalario. Pasó por el quirófano tres meses antes de que se manifestara y no hay que olvidar que el 29% de los ciudadanos de la Unión Europea contrae virus en hospítales", dice Sergio Gómez, mánager del jugador de golf.
Olazábal se retiró entonces del circuito y se recluyó en Hondarribia (Guipúzcoa) para intentar recuperarse. El invierno ha sido duro para el jugador, que nunca ha pensado en dejar de golpear bolas. "Hubo momentos en que estaba para silla de ruedas", dicen sus próximos. "Tenía que salir con amigos para que le recogieran las bolas porque él no podía andar". Actualmente , su nivel de juego y de resistencia es bueno. No hay semana en que no juegue 54 hoyos y todos los días sale a dar bolas. "Lo del juego no le preocupa. Está convencido de que en ese sentido va a volver al máximo nivel", dice Gómez. "Lo más duro es que no sabe cuándo va a estar bien. Si fuera una simple lesión le habrían dicho 'dentro de un año podrás jugar y si te aplicas en la rehabilitación, antes', pero en su caso, la pregunta es ¿dónde está mi techo de bienestar? ¿cuándo podré aguantar andando los 1.200 kilómetros que me hago por temporada normalmente?".
"No estoy bien del todo pero estoy mejor que hace dos meses", declaró Olazábal hace 10 días, cuando participó, utilizando plantillas especiales, en una exhibición en Canarias. "Ahora puedo andar y pegar a la bola, pero estoy lejos de encontrame bien fisicamente. Puedo jugar 18 hoyos y soportarlo, pero el problema se produce el día siguiente. Si ahora viniera alguien con una varita mágica y me quitara el dolor del pie, jugaría 181 36, 54 hoyos, o más. Tengo ganas de jugar".La artritis reumatoide, según los especialistas, es una enfermedad de los entresijos del organismo de tendencia crónica. Un problema, nacido de errores del sistema inmunológico de autodefensa, que se vuelve loco y ataca lo que tiene que defender, en este caso, el colágeno, las vigas en que se asientan las células. Es muy difícil de erradicar porque no es una agente exógeno que se pueda eliminar. Los virus hospitalarios pueden estar detrás de su puesta en marcha: como son indemostrables se les achaca muchos casos.No hay medicamentos para curarla, sólo para controlar su desarrollo y sus síntomas. Son medicamentos fastidiosos, con bastantes efectos secundarios. Olazábal recibe actualmente un tratamiento de quimioterapia a base de metotrexate, una sustancia inmunosupresora: deprime el sistema inmune, con lo que logra que! no ataque al organismo, pero pagando el precio de dejarle más indefenso ante otras agresiones. Además, Olazábal debe someterse a análisis de sangre cada 15 días para vigilar su función hepática, para estar seguro de que el hígado metabolice bien el medicamento.
Como Indurán con ocho kilos más
Si Olazábal no participa en Augusta, la razón no será el miedo escénico, será porque no se siente: en condiciones. Sergio Gómez se mostraba ayer optimista. "Lo positivo que veo es que aún no haya dicho que no al Masters", dice Gómez. "No sé si le habrá picado el gusanillo". En todo caso, Olazábal participaría una semana antes el torneo de Atlanta. No daría su primer golpe oficial de la temporada en Augusta. Su objetivo más ambicioso en el primer grande sería pasar el corte. "Le falta competición. Está como Induráin con ocho kilos de más. No se puede exigir mucho. Por eso no puede tener miedo en el campo".
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