328 anfibios y reptiles han nacido en el 'zoo' en los últimos seis meses
El inquietante pabellón de la Naturaleza Misteriosa del zoo de la Casa de Campo, hogar de los deleznables reptiles y anfibios del parque, ha experimentado una auténtica explosión demográfica. 328 ejemplares de 23 especies distintas de ambos grupos han nacido en los últimos seis meses. La cría supone un acontecimiento acogido con alegría y optimismo entre los cuidadores, ya que seis de las especies no se habían reproducido antes en España.
Dos serpientes no habían tenido crías anteriormente en España: la de lengua azul y la falsa coral grisácea albina. Esta última no suele sobrevivir fuera de su ambiente natural, por su sensibilidad, así que el pabellón del zoológico no sólo será su casa paterna, sino también su tierra.
Las falsas corales -serpientes pequeñas, de color rojo, blanco y negro y originarias del continente americano- han llegado a ser algo así como un fetiche del criador de serpientes, ya que el trato con ellas no implica peligro alguno. Sus hermanas gemelas, las serpientes corales, sí son venenosas. Así que las corales falsas imitan el dibujo de escama de las corales para defenderse.
Las crías que con seguridad impondrán más respeto al público serán las cinco de la llamada rana veneno de flecha rosa. El veneno subcutáneo de este anfibio suramericano, del que existen cincuenta especies diferentes, es el más potente encontrado en la naturaleza. Los indios utilizaban su ponzoña mortal para envenenar sus flechas. Estas ranas, de colores muy llamativos, se habían reproducido ya anteriormente en Alemania y Holanda.
Galería de horrores
Otro socio de la galería de los horrores que constituye este oscuro y húmedo pabellón del zoológico madrileño es la víbora de Gabón africana. Se trata de la víbora más grande del mundo, y su veneno es mortal al ciento por ciento: ataca al mismo tiempo al sistema nervioso y al sanguíneo.
De las 78 especies que exhibe el pabellón, la mitad se reproduce con regularidad. La fertilidad de los anfibios y reptiles exóticos se debe al especial interés que tiene el zoo en su reproducción. Mediante intensos estudios, los especialistas intentan reconstruir las condiciones en que viven los animales en su medio natural. Ya que gran, parte de los habitantes del pabellón proviene de zonas tropicales, la temperatura media de los terrarios tiene que estar entre los 25 y 28 grados, según la especie. Los esfuerzos han tenido buenos resultados en el caso del lagarto barbado australiano. Esta auténtica miniatura de dragón ha tenido seis crías. El lagarto australiano exige un tratamiento especial, y sobre todo su descendencia. Su alimentación está enriquecida con vitaminas, y para su bienestar es necesario un clima casi sahariano, extremo: por la noche mucho frío y calor por el día.
Lo que se dice un bicho raro es el ajolote de México, una especie en evolución que apasiona a los biólogos. Vive en las profundidades del lago Xochimilco y conserva sus branquias durante toda su vida. El ajolote, por sus cualidades mixtas, no es ni pez ni anfibio. Los 11 ejemplares nacidos en Madrid inquietan al público por su ambigüedad.
La rana roja de Madagascar parece tener ambiciones de entrar en un libro de récords. Con 65 ejemplares nacidos en Madrid, se ha comportado como la más prolífica, seguida de la víbora sopladora y la rana de vientre de fuego. Cada una ha tenido 30 ejemplares. Debido a la roturación de las selvas donde vive, la rana de Madagascar está en vía de extinción, así que los cuidadores del zoo se encuentran satisfechos dé su fecundidad.
Esta zona umbría del Zoológico de Madrid se ha convertido en uno de los parques con índices de natalidad más altos del mundo. Ahora, los cuidadores intentan que copulen dos mambas, una de las la serpientes más peligrosas. Su nacimiento en un zoológico supondrá otro éxito en el pabellón donde reptan y se arrastran estos temibles bichos.
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