La reconstruccion del siniestro de Bailén confirma que el turismo invadió el otro carril

La reconstrucción del accidente de tráfico ocurrido en Bailén (Jaén) en la noche del pasado día 28, confirma que fue el turismo el que invadió el carril por el que circulaba el autobús. En el accidente perecieron 29 personas, la mayoría abrasadas en el incendio que se declaró en el autocar siniestrado. Técnicos de la Guardia Civil, ingenieros de la Universidad Politécnica de Madrid y peritos de las dos empresas aseguradoras de los vehículos implicados en el siniestro acudieron ayer por la mañana al kilómetro cinco de la nacional 323 para reconstruir el accidente. Estos datos, junto a los recogidos la noche del siniestro y el testimonio de los supervivientes serán los elementos que sirvan al Juzgado de Linares para determinar qué ocurrió aquella noche.Un autobús del mismo modelo del siniestrado y de la misma compañía, La Navarra Andaluza, junto a un Opel Vectra igual al coche implicado en el accidente, ocuparon ayer durante dos horas la carretera. Sé colocaron de cinco formas diferentes para que se tomaran fotografías y se realizaran mediciones que ayuden posteriormente en la investigación.

Separar investigaciones

El jefe provincial de Tráfico, Luis Javier, Herrero, indicó ayer que es preciso separar la investigación del accidente de las consecuencias que implicó, es decir, el incendio. Las causas de la colisión son difíciles de determinar, ya que los conductores de ambos vehículos murieron en el acto y el autobús quedó destrozado.Lo que no se investigaba ayer eran los motivos que causaron que un choque entre un coche y un autobús acabase en un incendio provocando una tragedia de tal magnitud. Los participantes en la reconstrucción mantienen que las causas del incendio se desconocen y llegan a insinuar que posiblemente nunca se sepa la razón por la que el autobús ardió completamente con la mitad de los viajeros dentro.

El capitán jefe del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Jaén, Manuel Egea, indicó que se barajan dos hipótesis: que se produjese un cortocircuito, o que la rueda izquierda del autobús se incendiase tras el impacto y propagara rápidamente el fuego.

Se ha descartado que el origen fuese que los inyectores del turismo proyectasen gasolina sobre el autobús ya que, según Egea, el coche estaba dotado de un mecanismo que impide que ocurra.