Suárez, "Peridis tiene una de las miradas más inteligentes sobre la política"
Llegó como humorista y se encontró unánimente elogiado como periodista. Acudió para presentar el libro que recopila sus viñetas de los 13 últimos años, Confianza y sin fianza (EL PAÍS-Aguilar), y se encontró premiado por su contribución a la tolerancia. Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, sus propias criaturas, en expresión humorística de ellos mismos, le rindieron homenaje como autor de las tiras que les han inmortalizado en los últimos 20 años, que les han reflejado con sus grandezas y sus flaquezas -como a todos los demás políticos-, pero siempre con respeto, en un relato que ha sido "la crónica más inteligente sobre la actualidad política" del país, en expresión de Suárez.Tras la presentación de Carmen Lacambra, directora de Aguilar, el presidente del diario EL PAÍS, Jesús de Polanco, y el director de Publicaciones, Joaquín Estefanía, dieron la pista: José María Pérez, Peridis, con sus viñetas, ha sido el cronista político más inteligente de la dos décadas que han transcurrido desde el restablecimiento de la democracia. Un restablecimiento en el que el propio dibujante arrimó el hombro, según Santiago Carrillo. Y el ex secretario general del PCE aprovechó para pedir a los políticos de hoy que se apresten a emplear la misma generosidad que requirió el encaje de bolillos que entrañó la transición.
Adolfo Suárez, a pesar de arrastrar un proceso gripal, desplegó un enorme sentido del humor. "Gracias a Dios, como diría Carrillo [carcajadas y aplausos del público que abarrotaba la Fundación Carlos de Amberes] Peridis es un humanista, un filósofo que interpreta la realidad política en clave de tolerancia, de comprensión, de afecto y de ironía. Peridis es uno de los más grandes humoristas de nuestro tiempo".
El ex presidente del Gobierno se sentía allí, en la mesa presidencial, como "una criatura en buscar de su autor". Y confesó que una de las cosas que más añora -él y Carrillo, políticos jubilados, pero políticos mientras vivan- es la columna que dibuja Peridis, no por añoranza del poder, sino de aparecer en unas viñetas que son el mejor relato de la vida política.
Suárez elogió el compromiso político de un humorista que critica pero no descalifica, que suscita la sonrisa cómplice -porque nace de un guiño del dibujante- y no busca la carcajada estridente, que sale de la sátira despectiva. "Y lo digo yo", agregó medio en serio, medio en broma, "uno de los personajes más criticados por Peridis. En sus tiras se nota que se alegra con los aciertos de los políticos y que se entristece con los errores. Está comprometido con la democracia y, desde esa perspectiva, también con los personajes que retrata".
El ex presidente se despidió proclamando el deseo de que la tolerancia, la sensatez y el humor se incardinen en todos los españoles. Unos valores que han sido defendidos por Peridis en sus viñetas y le hacen acreedor al premio por su contribución, junto con tantos otros humoristas, a la normalización de la vida democrática.
José María Pérez se confesó emocionado. Pero lo disimuló con humor. Explicó, con un rotulador y una pizarra, por qué empezó a situar a Suárez sobre una columna -la columna del poder, pero también la columna de los azotes- y por qué ahora Aznar está sobre medía columna, mientras tiene "negociaciones para Rato" y Pujol ejerce con él de profesor de catalán.
Recordó a Calvo Sotelo dentro de la esfinge, a Arzalluz, patanegra; a Martín Villa con el puchero sobre la cabeza "no por pucherazo, sino porque en las elecciones tardaba muchísimo en encontrar los escaños". Y aseguró que, para él, uno de los valores de la democracia es el respeto a la persona. "A mí me dijeron: cuando vayas a un sitio trátales bien, que también tienen madre".
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