El "tímido avance" electoral provoca cambios en la dirección
El cambio de funciones anunciado por Julio Anguita en la reunión de la Presidencia de Izquierda Unida empezó ayer en la Comisión Ejecutiva. Se aprobó que Rosa Aguilar, Felipe Alcaraz y Joan Saura se encarguen de establecer los primeros contactos con PSOE y PP y que Víctor Ríos lo haga con las "fuerzas sociales".El "avance tímido e insatisfactorio" de IU es para algunos dirigentes más insatisfactorio que para otros. Las decisiones tomadas para el grupo parlamentario ya dejan entrever qué dirigentes tendrán mayor poder político y organizativo.
No se cortarán cabezas, dicen en IU, pero alguno cambiará de gorra. Y, en algún caso, hasta de galones. El cambio de funciones apuntado por Anguita supondrá para más de uno pérdida de poder e influencia.
Mariano Santiso, por ejemplo, abandona la coordinación de la Presidencia y las funciones de portavoz y relaciones con los medios de comunicación. Santiso ha quedado prisionero de las afirmaciones que realizara en la euforia de la campaña electoral, cuando dijo que si no salía otro diputado por Asturias, se dedicaría a su circunscripción.
Tampoco parece muy firme la silla de Félix Martínez, al que algunos responsabilizan directamente de los problemas de organización de la campaña electoral. Su nombre ha sonado para ocupar la plaza de Santiso, que otros prefieren adjudicar a Pedro Granados. Granados, es verdad, cuenta con fuertes apoyos en la organización.
La decisión de la Comisión Ejecutiva de nombrar a Rosa Aguilar, Felipe Alcaraz y Joan Saura para negociar institucionalmente con PP y PSOE ha de entenderse como un reforzamiento de su influencia en IU. Sobre todo, en lo que concierne a Aguilar, que en esta troika tiene, además, la misión de abordar las negociaciones más delicadas y directas con los portavoces de los otros grupos.
