Catorce líneas para la mejor

Entre los participantes en estos Europeos no está Linford Chrístie, ni Sergei Bubka, ni ningún nombre que suene al gran público. Hay un dato elocuente. La mayor biografía de los inscritos no ocupa más que 14 líneas en el libro oficial y eso gracias a que la historia de Alina Astafei, rumana nacionalizada en Alemania dedica casi tanto espacio a resumir su peregrinar extradeportivo que a sus méritos contraidos en el salto de altura.La historia de la portuguesa Fernanda Ribeiro, que lo tiene todo, desde que el año pasado coleccionase récords y títulos, ocupa 11 líneas y según este baremo, el mejor atleta español del equipo es Sandra Myers, cuyo expediente está contenido en ocho líneas. Otra muy buena atleta inscrita es la lanzadora alemana Astrid Kumbernuss, pero sólo conocida en los medios especializados.

En la categoría masculina es donde más ausencias hay. Que las biografías del vallista lituano Igor Kazanov, del mediofondista inglés Anthnony Whiteman y del velocista también inglés Duaine Ladejo no superen las ocho líneas es más que elocuente. La teoría se está cumpliendo en la práctica: la pista cubierta es un sucedáneo del verdadero atletismo que es al aire libre y se toma simplemente como un entrenamiento con público.