"No estoy capacitado para escribir mal"

Hay que nacer en Jerez, estudiar náutica en Cádiz y Filosofía y Letras en Sevilla; hay que pertenecer a una rama de la familia del vizconde de Bonald, filósofo tradicionalista francés... Y hubo de ser profesor de Literatura en la Universidad Nacional de Colombia, y tres veces el premio de la crítica (caso único), hubo de escribir nueve libros de poesía y no se sabe cuántas novelas y Tiempos de guerras perdidas, un algo, un mucho, de sus memorias... Todo, ¿y cuánto más?, para que a este hombre, la semana pasada, lo hayan considerado y nombrado hijo predilecto de Andalucía.Pregunta. Nos va a ser difícil no hablar de la política de los politicastros: ¿dice, calla?Respuesta. Casi todos son politicastros, de modo que estoy un poco fuera de juego.

P. Me emociona porque es de Jerez: ¿sabe por qué?

R. Ser jerezano es como ser una denominación de origen.

P. ¿Cómo define el trasmundo de Jerez?

R. Es una mezcla de buena educación y de ignoracia.

P. ¿Cómo relataría yo, aunque fuere con puntos suspensivos, El Puerto de' Santa María, el segundo mojón mágico del triángulo de los vinos de Jerez?

R. El Puerto es una cura marítima del Jerez.

P. ¿Y cómo me canta la manzanilla de Sanlúcar, el tercer mojón mágico?

R. La manzanilla es la nobleza que nunca engaña.

P. "Somos el tiempo que nos queda", escribe usted. ¿Cree que entiendo eso si grito ¡qué maravilla!?R. Sí, yo no estoy capacita

do para escribir mal.P. Beltrán Domecq dice: "Los vinos de Jerez son los grandes desconocidos de España". ¿Cuándo ahogaremos a España con Jerez?

R. Cuando cambiemos la historia de Jerez.

P. ¿Felipe González merece que lo enchironen por no haber citado, en casi 14 años, la palabra vino?

R. Es alarmante.

P. ¿Usted sabe lo de Maastricht?

R. No son precisamente mis competencias.

P. ¿Imagina a España en Maastricht sin vino?

R. Será el horrendo papel del abstemio.

P. Resulta que su padre de usted fue apoderado de una banca de los hermanos Fidalgo: ¿renuncio a mi apellido o me dedico a la banca?

R. Dedíquese a la banca.

P. ¿Disfruta vacaciones?

R. No entiendo ese concepto.

P. ¿Relee sus libros?

R. Jamás. Es un vicio solitario que no practico.

P. Usted es elegante viviendo y escribiendo: ¿me lo dice de otro modo?

R. Sólo es verdad lo que aún no conozco.

P. Usted es singular: ¿cómo diría que lo sabe?

R. Ser singular es ser majadero, yo no soy majadero.

P. Su estilo es el estallido de algo: ¿de qué?

R. Mi estilo es mi memoria.

P. Nunca leí un libro entero de sus poemas: ¿me insulta o me recita un verso?

R. Sólo se leen poemas, no libros enteros.

P. No resisto más: ¿cree que Aznar sabe que el amontillado es el fino envejecido?

R. No, ni por joven ni por sabio.

P. ¿Con qué cáliz daría de beber a Anguita?

R. España: ¡aparta de mí ese cáliz!

P. Siempre fue guapo, ¿no?

R. He sido muy atractivo.

P. ¿Sabe porqué?

R. Porque no era consciente.

P. Preparé esta charla en el bar del hotel Velázquez madrileño, a la hora en que 18 venerables recitaban su vida: ¿qué cree que me retuvo a su lado?

R. Los ancianos recuerdan, y quien recuerda miente.

P. Uno de ellos dijo: "Si llega aquí Anguita, le obligo a que me recite- la salve".

R. Mejor el credo.

P. Otro exclamó: "Os voy a hacer un examen de catalán".

R. Ése es un dogmático.

P. Otro hablaba y hablaba de la libido.

R. Ése es del club de la castidad.

P. Otro le dijo a otro: "Tú eres el mono más mono".

R. Eso sólo me sorprende.

P. ¿Qué es hoy el café Gijón?

R. Un remanso de pensionistas y de nostalgias.

P. ¿Qué le reprocharía a la literatura?

R. Que no sea sólo una carta que el escritor se manda a sí mismo.

P. ¿Sabía usted que "el amor a la patria siempre daña a la persona"?" (Quevedo).

R. Por supuesto.

P. ¿Qué le anima más a despreciar la muerte?

R. Pensar que el orden es un caos en reposo.

P. ¿Podríamos poner fin sin pensar que el domingo será el 3-M? O pensándolo, claro.

R. Prefiero abstenerme.