Tan sano como el primer día
Algunas claves del sorprendente estado físco del líder
En una temporada agotadora, la más cargada de partidos y encogida de fechas de la historia, el Atlético enseña un estado físico impresionante. Casi insultante. Todo, además, con once jugadores. Antic no concede descansos. Sólo mueve su alineación por lesiones o sanciones. Y pese a todo, los rojiblancos no asoman aún el más leve síntoma de cansancio. ¿Qué secretos esconde una imagen tan saludable? Radomir Antic. El Atlético ha dado con un entrenador con sobrados conocimientos en preparación física, algo poco frecuente. Y le ha dado mucha importancia a esta parcela. Su idea de reunir los entrenamientos físicos y técnicos, en vez de realizarlos por separado, ha dado resultado.
Trabajo en equipo. Por primera vez en muchos años, reina la armonía en todas las parcelas. Entrenador, ayudantes, preparador físico, cuerpo médico, fisioterapeutas... Todos forman una piña. Se ha puesto fin al ruido de sables que presidía anteriormente estas relaciones de trabajo.
Tests individualizados. Durante la pretemporada y apoyado en sofisticados e innovadores elementos técnicos, el Atlético realizó un completo estudio de su plantilla para detectar posibles problemas individiduales. A partir de ahí, logró superar desequilibrios musculares de algunos jugadores a base de continuos ejercicios de fisioterapia, o corregir la pisada nociva de otros.
Método. Todas las sesiones de trabajo se han llevado con un orden lógico y progresivo. Estructurado y planificado de antemano con rigor científico. Los ejercicios se entrelazan siempre con la intención de no romper en ningún momento el ritmo. La planificación física del Atlético ha roto con la tradicional, que preveía momentos culminantes de una temporada, pero que admitía momentos de bajón pronunciado. Los rojiblancos tratan de estar siempre en un estado próximo al óptimo, con una curva de rendimiento sin sobresaltos.
Entrenamiento invisible. El Atlético ha controlado cuestiones de sus jugadores que tienen poco que ver con los entrenamientos, como la alimentación, los descansos o la forma de vida. La dieta recomendada es la mediterránea, con primer plato de cuchara y segundo de tenedor. Se aconseja la siesta y los paseos. Y quedan prohibidos deportes como el tenis o el squash.
Adaptación. El Atlético ha conseguido sortear con trabajos alternativos las malas pasadas que le ha jugado la climotología. Nadie podía sospechar tantas jornadas de lluvia y barro como las vividas en esta temporada. Sesiones en cancha cubierta, visitas a la piscina, ejercicios en bicicletas... El Atlético ha utilizado todo tipo de recursos cuando la planificación se ha visto condicionada.
Ausencia de lesiones. Gracias a un exhaustivo trabajo preventivo, el Atlético ha conseguido controlar las lesiones más frecuentes en el fútbol: pubis y músculos. Las primeras no han aparecido y las segundas, sólo en forma de leves contracturas. El único tirón lo sufrió Caminero y fue en la selección española. Y la única rotura fibrilar, López, muy pequeña. Contra los esguinces y los golpes, el laboratorio aún no ha descubierto pócimas. La aplicación de vacunas contra la gripe y un examen estomatológico a todos los jugadores ha sorteado otras enfermedades.
Recuperación. El Atlético concede especial importancia a las sesiones postpartido. Al día siguiente de un encuentro, hay entrenamiento: un trabajo recuperador que busca compensar aquellos grupos musculares que no han intervenido directamente en el juego, activar la circulación de la sangre y eliminar las sustancias nocivas acumuladas tras el esfuerzo.
Motivación. Sobre todas las cosas está la motivación. Por ahí, Radomir Antic se ha mostrado como un estimulador psicológico eficaz.
Pero los triunfos y el liderato han sido los mejores revitalizadores del Atlético. Con buenas noticias el cansancio se nota siempre menos.
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