El Leganés ganó la apuesta

El Leganés, jugando con aplomo, sentido práctico y con una inteligente interpretación de la zona superó a un Badajoz atrapado por su destino. El equipo pacense perdió una buena ocasión para confirmar sus aspiraciones. Por contra, el Leganés, sigue su línea ascendente. Extremadura es terreno abonado parla los madrileños. Hace un mes bajaron al Extremadura del cielo y ayer al Badajoz le frotaron los ojos para evitar que soñara despierto.El arranque fue agresivo, vibrante, de los que embellecen el fútbol como espectáculo. Los dos equipos eludieron esa lectura fácil que suele justificar unos comienzos acomodaticios con el tópico del estudio del rival y pasaron rápidamente a la acción, enmarcándose en una bella apuesta por encontrar la portería contraria. A los 20 minutos el balance lo firmaría cualquier espectador que acudiese a un estadio: 11 remates a puerta, con claras ocasiones de gol. El Leganés resistía paciente y sin descomponer la figura.

El equipo pacense apaciguó su rabia inicial y los madrileños pasaron a ofrecer una magnífica lección de cómo interpretar la zona. Alfredo y Belenguer, espléndidos de movimientos, rastreaban el centro del campo asfixiando al rival, recortando espacios y desdoblándose en apoyos hacia los companeros. Atrás, los de Duque resolvían con eficacia y articulaban los primeros desplazamientos del balón y en punta, Rodri y Javi López hacían serias advertencias a la zaga local.

Tras el descanso el encuentro recuperó su imagen inicial. El Badajoz, jugando de forma intermitente, acudió al factor sorpresa del contragolpe para superar al Leganés, desbordado en esos instantes y sin posibilidad de armar su estructura.

Zegarra, Carlos Torres y Jones se deluían en un fútbol espeso y amargo y sólo una acción aislada de Vilanova removió al personal. El catalán amarró desde 50 metros un disparo enérgico, directo y con instinto asesino que Emilio, para redondear la faena, desvió a córner en una composición plástica de cromo.