Javi hace saltar al Sporting

Camacho quéjate, gritaba la hinchada Juvenil del Sporti,ng en el segundo tiempo, a medida que el Espanyol daba una lección de fútbol en El Molinón y sólo dejaba margen para el desahogo con el árbitro. Hace tres años, Camacho prefirió el Espanyol al Sporting y desde entonces no han parado de crecer juntos. El banquillo gijonés se ha convertido últimamente en lo más parecido a la Pasarela Cibeles y ningún modelo convence al personal. Novoa, que llegó en enero prometiendo recetas para armar un equipo, lo tiene cada vez más desarticulado. El final del partido de ayer, con el Espanyol bombardeando a Ablanedo, demuestra que la brecha sportinguista es tan grande que por ella se ve la Segunda División.

Un año después, el Sporting vuelve a flirtear con la promoción. Ha cambiado casi todo, sobre todo una alineación plagada de nombres ilustres, pero no el fondo del asunto. La falta de paciencia de los dirigentes ha alcanzado al equipo, que no. da una a derechas. Ayer, un ramalazo genial de la delantera española en el Mundial 86, le puso inesperadamente al borde de la victoria. A partir de ese momento, el Espanyol pasó por encima de su rival, como si toda la rabia por el 2-1 se concentrase en el área dei Ablanedo. El guardameta, más cuestionado que nunca tras sus últimas patadas al aire, lo aguantó todo hasta el último minuto, cuando Alex decidió con el penalti. Se hacía justicia.

El Espanyol marcó al principio y al final de un partido en el que sólo fue a remolque un cuarto de hora, cuando el Sporting reaccionó como si le pinchasen por el 0-1. Fueron los únicos minutos en los que los de Novoa se movieron como equipo, presionando muy arriba y llegando con sentido al área contraria.

El Espanyol salió tras el descanso convencido de su superioridad. O quizá el Sporting pensé demasiado en lo que estaba en juego. El caso es que el equipo catalán se adueño del campo y Javi empezó su recital. A los seis minutos estuvo a punto de provocar la expulsión de Bango, pero el árbitro no señaló ni falta, y a los 20 entre Bango y Ablanedo taparon su remate de gol. Pero Salinas, muerto de aburrimiento arriba durante mucho tiempo, mientras sus compañeros tapaban vías de agua, tenía reservada una genialidad para los que postulan su candidatura a la bota de oro. Para ello fue necesaria otra aparición de Eloy, que al no ajustar totalmente el último pase obligó al complicado remate de su viejo compañero, convirtiendo el gol en una genialidad.

El 2-1 provoco el mismo efecto que si a un león hambriento le pisan la cola. En esos 20 minutos finales, Ablanedo respondió con cinco paradones a remates espanyolistas de todos los gustos y colores. Por allí apareció casi siempre Javi, que ha estado casi- toda la temporada tapado por sus ilustres compañeros. Ablanedo le sacó un cañonazo en el minuto 76 y un intento de vaselina en el 83, pero al final se salió con la suya con un golazo de calidad y provocando el penalti que ya no dejó lugar para la réplica. En realidad, este Sporting decadente nunca estuvo en condiciones. de discutir de igual a igual.