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La Cubana aprueba COU

Los actores catalanes explican a 200 estudiantes que el teatro nace de la vida

Un gimnasio como escenario, pizarra y espaIderas como único decorado. El viernes pasado, unos 200 alumnos del instituto Gregorio Marañón, en el barrio del Pilar, esperaban sentados en el suelo una clase poco común. La lección corría a cargo del grupo teatral La Cubana, recibido con puesta en escena colegial. Actores y público alternaron sus papeles entre preguntas, respuestas y gags.Los chicos llegaban con la memoria fresca: la víspera habían presenciado la representación del grupo catalán, Cegada de amor. Y ahora acudían a su escuela los personajes de esa obra, basada en la relación entre un galán francés y una cursi huerfanita (Estrellita Verdiales, la primera niña prodigio del cine español).

Al director de la compañía, Jordi Milán, y a los nueve actores les esperaba una bienvenida con lluvia de flores, la medicina que necesita Verdiales en la pieza para curarse la depresión. Pero los claveles volaban con declaraciones de amor o de intenciones del estilo: "¿Cuál es el secreto de estar cegada de amor? En realidad, y según opiniones de médicos americanos, supone un 99% de posibilidades de morir de infarto de núocardio. Es mejor irse a practicar el budismo o a una isla desierta con un libro y un chicle para mascar el tiempo".

Tras las flores, las preguntas. En su introducción, Milán había explicado el origen aficionado del grupo, que se nutre de las situaciones cotidianas. "Mientras haya vida, existirá el teatro", aseguró antes de puntualizar: "Los profesores son grandes actores para explicaros bien la lección".

-¿Por qué os llamáis La Cubana? -interpela un alumno.

-Porque en nuestro pueblo, Sitges [Barcelona], hubo mucha gente que se fue a hacer fortuna a Cuba. Al regresar, se les llamaba cubanos, un término que equivalía a aventureros. Y el teatro no puede existir sin aventura.

-¿Por qué hay tantos grupos de teatro independiente en Cataluña y fuera no?

-No porque seamos más guapos o más ricos, sino porque hay una tradición histórica y popular de hacer teatro.

Los alumnos toman la lección a los actores. Varios espontáneos se lanzan a declarar su amor y Estrellita tiene que vérselas con un par de nécoras vivas que un estudiante le ofrece.

Al cabo de hora y media los artistas se quitan las pelucas y dejan de impostar la voz. Ya no son personajes. "El, teatro es como un juego", dicen. Y los alumnos de COU les dan el aprobado.

La profesora de Literatura, Mila Sánchez Arnosi, oficia la despedida. Aunque en este centro de 1.500 alumnos sólo 20 tienen teatro como asignatura, ella sostiene que la visita de La Cubana "es una chispita de felicidad dentro del futuro negro de estos chicos".

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