Impacto mágico

Apenas han transcurrido dos semanas desde el regreso de Magic Johnson a la NBA y todas las dudas se han disipado. Con 36 años y después de cuatro alejado de la competición, Magic ha desafiado ala lógica y ha contestado a los escépticos. Su rendimiento es espléndido, se diría que excepcional a la luz de sus promedios, y todo el mundo se felicita por su regreso, especialmente los Lakers, que han pasado de una posición discreta en la clasificación a convertirse en una amenaza para los aspirantes al título. Con Magic: Johnson, los Lakers han ganado seis partidos y sólo han perdido uno, frente a los Bulls, el equipo más sólido de la NBA.Nunca se ha visto un caso igual: regresa un hombre a una edad venerable, prohibitiva para la mayoría de los jugadores, y lo hace después de una larguísima ausencia y afectado por el virus del sida. En condiciones normales, nadie hubiera apostado por Magic, pero estamos hablando de Magic, de un jugador que ha desafiado a la normalidad durante toda su carrera. Y una vez más ha roto los pronósticos que dudaban de su capacidad, de su edad y de su físico.Cierto que es más voluminoso y más lento que en el apogeo de su carrera y también es verdad que difícilmente puede soportar durante todo un partido la cuota que se exige a los bases, la posición que Magic, revolucionó en la pasada década. Pero cualesquiera que sean sus limitaciones físicas, que no son tantas como se anunciaba, Magic tiene la ventaja de conocer todos los secretos del juego. Lo tiene en la cabeza, y desde ahí lo proyecta con una sabiduría incomparable. Así que después de siete partidos, las expectativas sobre Magic son tremendas: su equipo está lanzado y los números de Johnson son sus viejos números, 16 puntos por partido, ocho rebotes y ocho asistencias. En estas condiciones, ya se pide para Magic la nominación como mejor sexto hombre de la Liga y su inclusión en el equipo olímpico estadounidense, posibilidad que no descarta Lenny Wilkens, entrenador de la selección norteamericana.Desde su primer partido ante los Warriors Magic se ha integrado con rapidez en la NBA. En el segundo encuentro, frente a los Bulls, recibió un tratamiento de choque que fue bienvenido por Johnson. Rodman, alentado por Michael Jordan, le marcó con la máxima dureza, sin una concesión. "Jordan me dijo que le bajara a la tierra. Y eso es lo que hice", declaró Rodman. "Es. lo mejor que me ha pasado. Ahorá sé lo que es enfrentarme con la realidad de la competición", declaró Johnson.

La reacción de Magic se ha concretado en varios momentos decisivos y en actuaciones que recuerdan sus mejores días, los de un jugador completísimo que ahora ha desarrollado desde el puesto de alero alto casi todas las funciones que antes efectuaba desde su condición de base. Su facilidad para pasar continúa indemne y además ha sacado un arma letal en el juego de ataque: desde el poste bajo es casi imparable cuando corta por la zona y ejecuta su peculiar gancho con cualquiera de sus dos manos, el baby hook que aprendió del maestro Kareem Abdul Jabbar en sus primeros tiempos en los Lakers.