Perote detalla ante Garzón quién participó en la Guerra sucia

El coronel Juan Alberto Perote, ex jefe de la Agrupación Operativa del Cesid, declaró ayer por séptima vez ante el juez Baltasar Garzón por el asesinato del etarra Ramón Oñaederra, Kattu, ocurrido en 1983 en el sur de Francia, que se atribuyeron los GAL. Perote respondió a 17 preguntas y dio todo tipo de detalles sobre operaciones de guerra sucia. El juez castrense Jesús Palomino, titular del Juzgado Togado Militar Central número 1, reclamó ayer a Garzón copia de los documentos que éste decomisó el pasado jueves en la celda que el ex mando del Cesid ocupa en la cárcel de Alcalá de Henares.

Perote declaró ayer tarde ante Garzón durante una hora y media como imputado en el caso Oñaederra. El juez de la Audiencia Nacional le interrogó a la vista de los 50 folios que fueron intervenidos en su celda de la prisión militar de Alcalá de Henares, en los que figura la identidad de miembros de la Guardia Civil y del Cesid que pudieran haber participado en acciones de los GAL.Según fuentes del caso, Perote respondió "minuciosamente" a 17 preguntas sobre operaciones concretas de guerra sucia y señaló los nombres de los mercenarios y agentes que supuestamente intervinieron en cada una de ellas. Se trataría de guardias civiles del cuartel donostiarra de Intxaurrondo y militares integrados en los llamados GAL verde y GAL marrón.

Garzón tiene también algunos informes del Cesid sobre las operaciones realizadas por efectivos del servicio secreto español durante todo el periodo en el que los GAL estuvieron activos. Sobre estos informes figuran anotaciones manuscritas realizadas por el coronel Perote sobre aspectos que él recuerda acerca de personas que participaron en algunas de las operaciones, bien sean mercenarios, guardias o militares.

Uno de los documentos intervenidos revela abundantes detalles de la denominada red Hurón, un entramado de agentes infiltrados en las filas y el entorno de ETA. Perote continuará declarando mañana ante Garzón.Reclama el juez militarPor otra parte, el juez castrense Jesús Palomino dictó ayer una providencia en la que reclama a Baltasar Garzón una copia de esos documentos y de las sucesivas declaraciones que ha prestado Perote, por considerar que pueden afectar al sumario que el juzgado militar instruye contra él por sustracción de documentos secretos.

Entre los papeles incautados por Garzón en la celda de Perote, donde, realizó dos registros consecutivos, figura un informe en el que se detalla la red de agentes con que contaba el Cesid en el sur de Francia entre los años 1983 y 1988, periodo durante el que actuaron los GAL.

Ese informe sobre la denominada Red Hurón es en realidad una transcripción mecanográfica de alguno de los documentos que presuntamente Perote sustrajo del Cesid cuando fue apartado del mismo en el mes de noviembre de 1991. Precisamente a causa de la negativa del coronel a devolver dicha documentación, Palomino ordenó que reingresase en la cárcel el pasado 29 de septiembre. En sus declaraciones ante Garzón sobre el caso Oñaederra (el primer crimen reivindicado por los GAL), Perote sostiene que este informe le fue enviado anónimamente a la prisión por antiguos compañeros suyos.

El juez Palomino retomó hace unos días la instrucción del sumario que tramita contra Perote, después de que el Tribunal Militar Central rechazara la recusación que había planteado Jesús Santaella, el abogado del ex agente y también del ex banquero Mario Conde.