El ex presidente Carlos Salinas de Gortari reaparece en las Bahamas

Un periódico mexicano puso fin ayer a las diferentes especulaciones que desde hace dos meses giran en tomo al paradero del anterior presidente Carlos Salinas de Gortari, quien tras la detención de su hermano Raúl está permanentemente en el punto de mira de todos los mexicanos. El Financiero desvelaba que el autoexiliado ex presidente fue visto el 3 de febrero en las Bahamas, donde se reunió con sus hermanos Sergio y Adriana, además de sus abogados mexicanos Juan Velázquez y Eduardo Luengo.Sin embargo, uno de los datos más reveladores ofrecido por el periódico es que el ex presidente, a quien la oposición política de su país ha intentado infructuosamente llevarlo varias veces ante los tribunales, había llegado a Nassau, capital de Bahamas, en un avión alquilado a Cubana de Aviación para su uso exclusivo. De confirmarse este último dato, lo que parece claro es que Salinas puede estar residiendo a caballo entre Cuba, tal como se ha venido especulando recientemente, y Bahamas, uno de los mayores paraísos fiscales del mundo.

De hecho, Salinas y sus acompañantes se alojaron en el hotel Gran Radisson, de Paradise Island, un enclave turístico al que acuden magnates, ejecutivos, actores y una serie de personajes de las revistas del corazón, fundamentalmente amantes del juego. Curiosamente, al mismo tiempo que Salinas se reunía en Paradise Island con sus hermanos y sus abogados, muy cerca, en otra isla del archipiélago, en Providence, se encontraban el ex presidente norteamericano George Bush y su antiguo colaborador el ex secretario del Tesoro Nicholas Brady, que allí tiene casa.

Salinas se topó en un restaurante de Paradise Island con la periodista mexicana Manú Dornbierer, que es quien ha difundido la noticia. La periodista sostuvo una charla informal con Salinas. Pero lo importante son las impresiones que recoge Dombierer sobre el ex mandatario mexicano, a quien describe de buen aspecto y muy diferente al del hombre abatido por el infortunio que reflejaron aquellas exóticas fotografías de la huelga de hambre de Monterrey.