El Unicaja arruinó su esfuerzo en tres minutos
El equipo de Málaga tiene aún opciones de pasar a cuartos pese a perder en Treviso
De nuevo Unicaja se atascó al final. En tres minutos nefastos echó por tierra un brillante trabajo en una de las canchas más difíciles de Europa y estuvo a punto de arruinar su trayectoria en la Liga Europea. La suerte que le faltó en Treviso actuó sin embargo como aliada en las otras dos canchas donde los malagueños tenían intereses. Sus dos rivales directos, el Ulker y el Antibes, perdieron, por lo que las posibilidades de seguir haciendo historia siguen abiertas. Eso sí, el paso a los cuartos de final es ahora una jugada de carambola. Unicaja está obligada a ganar de más de ocho puntos al Ulker la próxima semana en Málaga siempre que el Antibes no gane al CSICA de Moscú. En caso contrario, la diferencia sobre los turcos deberá superar los 11 puntos.La afición del Unicaja tuvo ayer motivos para estar orgullosa por la excelente cara mostrada en los primeros 37 minutos, pero también para la desesperación por ver como reiteradamente los minutos decisivos se han convertido en un suplicio.
El Unicaja no tenía más remedio que jugarse el todo por el todo y planteó un partido muy valiente. El encuentro tuvo siempre un ritmo trepidante y un marcador ajustadísimo con constantes alternativas. En el primer tiempo el ataque del Unicaja fue demoledor, con Michael Ansley por fin en estado de gracia. El marcador del descanso (41-40) evidencia con más fidelidad que el definitivo lo sucedido en la cancha. Pero en este tipo de partidos no se puede perder la concentración un sólo instante.
Los italianos, que no se jugaban nada en el envite, no sólo no lo hicieron, sino que en el segundo tiempo dieron una exhibición de juego interior con dos pívots jóvenes: el serbio Zeljko Rebraca y el italiano Roberto Chiacig, cuyos nombres están llamados a sonar muy alto en los próximos años. Entre los dos volvieron locos a los pívotes del Unicaja.
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