La plantilla del Barça se siente utilizada y sola en el conflicto entre Núñez y Cruyff
¿No estarán los jugadores propiciando la destitución de Cruyff?. Una insinuación, que ni siquiera tiene derechos de autor -nadie se la ha atribuido y todos han coincidido en su mala fe-, pero que se articuló en una pregunta, ha desatado la ira de la plantilla del Barça. Los futbolistas juraron ayer su lealtad al club. El capitán, José María Bakero, dijo: "Mientras el presidente Núñez no diga lo contrario, Cruyff es el que manda en los temas deportivos y debemos estar con él". El plantel se siente solo y utilizado en el conflicto entre Núñez y el entrenador. El presidente eximió ayer de culpa a los jugadores -apunta al entrenador- y el técnico aseguró que los futbolistas están de su lado.
La sensación de desamparo se extiende como un regero de pólvora por el camerino de los jugadores. La situación se ha tensado de forma electrizante en las últimas semanas. Los futbolistas se asombran a veces por las declaraciones de los directivos -el vicepresidente Nicolau Casaus fue especialmente duro tras el partido de Vallecas- y otras por las del entrenador, virulento tras el partido de Numancia."Nadie cree en nosotros, excepto nosotros mismos. Tenemos que mentalizamos internamente para superarlo",- admitió ayer el capitán José Mari Bakero, que subrayó la fidelidad de los jugadores al club. "Yo soy una persona que siempre he sido leal. Eso es importantísimo. Y esa lealtad al Barça y como consecuencia al entrenador es incuestionable hasta el último día en que esté Cruyff. Y creo que lo mismo piensan el resto de mis compañeros".
Josep Guardiola fue el primero que rompió una lanza en favor de la honestidad del vestuario cuando se le planteó si conocía el rumor de que un directivo había planteado un complot de los jugadores a Cruyff en la última junta. El centrocampista dijo el pasado miércoles que no pensaba tolerar tamaña acusación y retó al acusador en cuestión que bajara al vestuario a decirlo personalmente. Busquets se pronunció en parecidos términos -"Que de la cara", dijo- y Amor añade: "Dudo que alguien haya puesto en entredicho nuestra profesionalidad. Pueden haberlo pensado, pero sin decirlo".
Gica Popescu se sumó a la necesidad de aumentar la unión del vestuario. "Hay que hacer piña, jugadores y entrenador, para ganar y regresar a lo más alto de la tabla clasificatoria", comentó Gica Popescu.
La plantilla ha apreciado los temas extradeportivos han robado protagonismo al tema más trascendente: los pormenores del partido ante el Madrid que están pasando casi desapercibidos. "Y es que el resultado es lo que va a quedar", insiste Amor. Jordi Cruyff añadió que ante el Madrid hay una nueva oportunidad de relanzar al equipo. "Con la gente que hay es raro que no se haya ganado fuera en cuatro meses. Sin embargo, ante el Madrid no nos faltará motivación. Yo mismo, si pudiera, jugaría 10 minutos, aunque fuera cojo", dijo. "Todos los jugadores están conmigo, aunque lógicamente algunos están más molestos que otros porque a todo el mundo le gusta jugar". Esta fue la respuesta de Johan Cruyff al asunto.
En el Madrid, prudencia
En el Madrid, la prudencia es la nota que protagoniza todas las declaraciones. Fernando Redondo así advirtió: "No creo que sea tan malo el momento del Barça. Este partido es clave para los dos equipos. Este partido, en contra de los tópicos, sí es algo más. Para nosotros es una oportunidad de acabar con los trece años que el Madrid no gana en el Camp Nou". Michel, por su parte, desmiente que se trate de un partido devaluado: "No hay declaraciones polémicas ya que los dos equipos están alejados de la cabeza de la tabla". El veterano jugador madridista reconoce que el duelo contempla algún valor añadido: "Jugamos por nosotros y también por el Atlético". Arsenio Iglesias tiene todavía la duda de Iván Zamorano, con un problema muscular.
"Prefiero que gane el Barça porque temo más al Madrid", dijo Kiko, el delantero del equipo líder, el Atlético y que quizás tenga a estos dos equipos, entre otros, con los que jugarse el título de campeón.
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