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Luto en la danza por la muerte de Antonio, un mito del baile español

Antonio Ruiz Soler, Antonio el bailarín, falleció ayer en su domicilio de Madrid, víctima de una trombosis. Antonio, que llevaba enfermo casi tres años, tenía 74 años. Desde que sufrió una hemiplejia que le dejó casi paralizado, sufrió constantes internamientos en hospitales, el último, la pasada Navidad. Hace: poco más de un mes, cuando empezó a sentirse mejor, su familia le trasladó a su domicilio. Su estado se agravó considerablemente el pasado domingo. En el momento del fallecimiento, el artista, que llegó a tener problemas económicos en los últimos años, estaba acompañado de dos de sus hermanas, un sobrino y la bailarina María Rosa.Coreógrafos, bailarines y críticos coincidieron en que ayer desapareció un trozo de historia del baile español. Sus coreografías adoptaron la música de los grandes clásicos españoles, como Albéniz, Turina, Granados o Falla -El sombrero de tres picos y El amor brujo-, y dieron varias veces la vuelta al mundo. Algunos de los éxitos más notables de este artista, que tenía las medallas de oro de Bellas Artes de los Gobienos francés y español, fueron El sombrero de tres picos, que bailó en La Scala de Milán con Mariemma; las Danzas fantásticas, de Turina, y las Sonatas del padre Soler. Su baile fue calificado de "irrepetible", y su estilo, de "una genialidad única". El cuerpo del artista será velado hoy en su estudio de Madrid y mañana será enterrado en Sevilla, su ciudad natal.

Páginas 30 a 32

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