La Copa de África,a examen
Subirats, secretario técnico del Valencia,analiza lo más, relevante del torneo
La Copa de África, un torneo cada vez más atractivo para los grandes mercados futbolísticos, ha dejado secuelas interesantes, como la explosiva irrupción de Suráfrica -campeón- en el fútbol internacional. Javier Subirats, ex jugador y actual secretario técnico del Valencia, ha sido el único ojeador español que ha permanecido durante todo el torneo en Johanesburgo,sede del campeonato. EL PAÍS conversó telefónicamente con Subirats en Suráfrica. Éstas son sus impresiones sobre el torneo y sus nombres propios. George Weah. No fue George Weah en la Copa de África. O al menos su juego no fue el mismo que ha exhibido por Europa. Si no lo conocieran, nadie hubiera querido ficharlo. Tras correr con los gastos de su selección, el futbolista liberiano tuvo problemas con sus compatriotas y jugó desmotivado.
Suráfrica. Todos los titulares son muy buenos. Los aficionados son casi todos negros y se vuelven locos con este equipo. Los blancos prefieren el cricket y el rugby. El estadio First National Bank de Soweto (Johanesburgo), con capacidad para 80.000 espectadores, se llena cuando juega el equipo local, pero está medio vacío el resto de encuentros. De su selección destacan cuatro jugadores: Fish, Masinga, Moshoeu y Williams. Fish (21 años) es uno de los ídolos locales. Todo el estadio corea su nombre cuando conduce el balón. Es un central muy alto, zancudo, muy difícil de pasar. Masinga (28 años) es un delantero centro muy fuerte, un auténtico tanque, posee un buen disparo, aunque flojea en el regate. Pertenece al Leeds United, el equipo más relevante de los que aportan jugadores a la selección. Moshoeu (30 años) es un centrocampista de baja estatura, muy habilidoso y con un impresionante cambio de ritmo. El delantero Williams (29 años) -autor de los dos tantos con los que Suráfrica ganó la final a Túnez- tiene gran olfato de gol y mucha movilidad. Es un oportunista.
Ghana. Todo el equipo titular rayó también a gran altura y acabó cuarto. La mayoría juegan ya en las ligas alemana, griega e italiana. Dispone de tres centrales durísimos: Ado, Dodo y Jhonson. Los tres son corpulentos y. rápidos, y reparten muchas patadas. Su estrella, Abedi Pelé (Torino) es un zurdo muy habilidoso en el uno contra uno, escurrizo y goleador. Se lesionó y su ausencia fue decisiva en la derrota de Ghana en la semifinal ante Suráfrica. Su otro gran estilete es Yeboha (Leeds United). Un goleador nato, juega fuerte, va bien de cabeza, gana la posición con facilidad y remata con las dos piernas. Tiene 30 años.
Túnez. Choukane (28 años) es un central muy fuerte, buen marcador y muy pegajoso. El carrilero izquierda, Rekhiffa (20 años), sube bien la banda y tiene gran presencia física, lo que le convierte en un futbolista muy peligroso. En la delantera destaca Slimane, un jugador muy rápido que exprime bien su velocidad y ha sido objeto de varios penaltis.
Zambia. Kalusha Bwalya (América de México), mejor jugador de Africa en 1988, es un zurdo con buen disparo a balón parado y exquisita técnica. Ha sido el máximo goleador del torneo con cinco goles. En Zambia -tercera- también llaman la atención los hermanos Malitoli. Uno de ellos es un lateral derecho de 30 años, fuerte y rápido; las mismas características físicas que su hermano, de 32 años, un central muy ofensivo.
Egipto. Hazem Emam. Media punta de 21 años, muy bien dotado técnicamente, hábil en el regate y buen pasador. Muy observado por los equipos italianos. Su gran decepción ha sido Ali Maer, un delantero centro de 21 años, que llegó al torneo precedido de una gran fama que no se ha correspondido con su actuación. Tiene un físico parecido al de Weah, con muy buena planta, pero su juego ha sido decepcionante.
Sistemas. Los sistemas tácticos no difieren de los que predominan en Europa. Suráfrica juega con una defensa en línea de cuatro implantada por el seleccionador inglés Barker. El resto de selecciones utiliza un, dibujo parecido al que utiliza Aragonés en el Valencia: tres centrales, dos carrileros, dos medio centros, un medio punta y dos delanteros.
En líneas generales, el campeonato ofreció una calidad media alta y, sobre todo, alcanzó su punto más excitante en las semifinales, especialmente en una de ellas: Suráfrica-Ghana. Fue una auténtica exhibición de fútbol y Suráfrica dejó claro que si juega al nivel mostrado en esta copa puede ganar a cualquier selección europea.
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