El Taugrés alcanza las semifinales
El Taugrés obtuvo ayer el acceso a semifinales de la Copa de Europa tras superar al Partizan de Belgrado y beneficiarse de los errores cometidos el martes por el Limoges y el Zalgiris en Bélgica e Israel, respectivamente. El Taugrés, que vivió de prestado durante toda la liguilla, ha acabado liderando sorprendentemente un grupo del que finalmente ha sido desalojado el conjunto francés, principal favorito, a priori, para obtener su pase a las semifinales. Además, la victoria del Taugrés ayer frente al Partizan se produjo de forma inusual, en un partido presidido por el intercambio de canastas, una faceta que el joven equipo serbio domina a la perfección y que suele condenar al Taugrés.El conjunto vitoriano padeció en la primera mitad un ritmo frenético y sólo pudo sobrevivir gracias a la muñeca de Nicola y Perasovic. El problema defensivo del Taugrés se agudizaba por la fluidez del Partizan, que sin perder un ápice de efectividad en el tiro exterior se apoderó del rebote ofensivo, complicando las expectativas de los alaveses. El poderío de hombres como Tomasevic y Koturovic combinaba especialmente con la efectividad de Brkic.
El Taugrés vivió amargado esa primera mitad, incapaz de imponer su estilo y dependiendo de un Marcelo Nicola magistral y de la frialdad de Perasovic. Sólo así se mantuvo el tipo y pudo alcanzar la igualdad al término del primer periodo, aunque con el miedo metido en el cuerpo.
El encuentro resultó espectacular entre dos equipos ofensivamente impecables y una efectividad de los serbios a los que Zeravica ha aleccionado en el más puro estilo yugoslavo.
La reanudación no alteró la imagen del partido. Diferencias favorables a los serbios de tres o cinco puntos eran continuamente aminoradas por el Taugrés. El acuerdo se rompió finalmente en el rebote. El ajuste defensivo del Taugrés y la aportación de Reyes en esa faceta redujo las opciones del Partizan, más espeso en esta nueva situación.
A los serbios el mundo se les vino abajo con la eliminación de Koturovic y Tomasevic, dos hombres que habían manifestado todo su poderío bajo el aro. Más tarde también se fue Cubrilo. Ahí empezó a acabarse el partido. El conjunto de Manel Comas aprovechó la circunstancia y encontró un agujero de seis puntos que mantuvo y finalmente incrementó cuando el Partizan bajó los brazos.
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