Valioso empate del Valencia en Sevilla
Mijatovic, de penalti, igualó el gol inicial de Monchu
Sevilla o Valencia se tomarán la última copa en Mestalla. El empate de ayer deja la eliminatoria más favorable al Valencia, que no ha perdido aún en campo ajeno en el torneo del KO, pero mantiene posibilidades para el Sevilla.El Valencia salió metiendo miedo y lo logró. El equipo más en forma del mes de enero acreditó su gran momento de juego con 15 minutos de constante asedio sobre la meta de Unzué. Mijatovic y Gálvez aprovecharon todos sus recursos. La velocidad de los puntas de Luis Aragonés puso en evidencia la línea de tres zagueros de Víctor Espárrago. Mientras que los nervios de Unzué encogían el alma de los sevillistas en cada arrancada del rival.
Pero la Copa no es un torneo regular. Y no entiende de esta dos continuados de forma. El partido se jugó tras el arranque inicial como un pulso de iguales y así acabó, en tablas. Eso si, con un Valencia mucho más preciosista y conjuntado, y un Sevilla que atacaba a golpe de coraje y con las habilidades del croata Suker como único referente.
Y eso que el Valencia marcó un gol fantasma nada más comenzar el partido, lo que agarrotó aún más a los sevillistas y enrareció el choque durante unos momentos. Corría el minuto 6 y Mijatovic medía un centro sobre el área pequeña que Poyatos cabeceó al poste. El rebote fue a manos de Unzué, que presa del pánico lo agarró para sí dando la impresión de que se introducía con el esférico en su propia meta. El linier dudó, bajó y subió con rapidez la bandera (en realidad dudó toda la noche). Tanta que Gracia Redondo, en lamentable estado de forma y con graves carencias técnicas, dejó seguir la jugada y no concedió el gol.
Pero el Sevilla, en su peor' mes del campeonato, le plantó cara al buen conjunto de Mestalla. Suker lo intentó de volea primero, y Monchu, en una nueva jugada del croata, conseguía el primer tanto en un bonito remate de cabeza. El 1-0 enriqueció el partido. El juego transitaba con rapidez de área a área y ambos equipos tuvieron ocasión de volver a marcar. Fue el Valencia, sin embargo, el que 10 minutos del descanso logró igualar el marcador. Mijatovic e deshizo de Marcos en un rápido desmarque y el sevillista lo trabó en el área. El propio montenegrino transformó el castigo.
Dos ocasiones más pusieron broche al primer tiempo. Moya, en la primera, no aprovechó la superioridad numérica de su ataque para batir a Barual. Gálvez, en la réplica, obligó a Unzué ha realizar un escorzo y sacar de su escuadra su envenenado disparo.
Con el empate, y tras el descanso, el Valencia salió más precavido. Luis ordenó fijar más las marcas y buscar una contra que resultará definitiva. Sabedor de que el actual esquema sevillista es fruto de su herencia, el de Hortaleza ordenó a Fernando ahogar la salida sevillista por la vía de Marcos y obligó a su rival a escoger siempre las penetraciones de Gabriel Moya como única arma de ataque.
El Sevilla lo intentó así. Encontró una sociedad inédita entre Ferreras y Moya, y tuvo sus ocasiones. La primera en un lanzamiento de falta de Pedro, producto de una sanción sobre Moya. Su disparo rozó el poste. La Segunda en un cabezazo de Martagón que escupió el lateral de la escuadra a la salida de un córner. Pero el gol no llegaba y el empate se hizo definitivo. Espárrago buscó el efecto Carlos. La velocidad del canterano revolucionó unos minutos el ataque sevillista, e hizo ver las habilidades del sustituto de Zubizarreta, muy seguro en sus salidas. Pero Carlos no tuvo su noche. Galván, otro jugador de la cantera, también tuvo ocho minutos de debú, pero apenas pudo tocar el balón. Suker en una jugada de ensueño ofreció a Carlos la última oportunidad del encuentro. Dos regates y un caño hasta llegar a la línea de fondo y un pase atrás que Carlos de puntera envió a las manos de Bartual.
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