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Todos extranjeros, ¿qué fútbol es ése?

No sé qué placer podría encontrar Gianni Agnelli viendo a la Juventus ganar el scudetto alineando a dos holandeses, un francés, un alemán, un irlandés, un español, un portugués y dos ingleses.Históricamente, los aficionados de la Juve trepidaban y se emocionaban por un equipo de buena textura italiana con la guinda de un par de figuras extranjeras, y se alegraban por un scudetto producto del trabajo autóctono. Por eso mismo, la Juve se convirtió en la novia de Italia.

El presidente de la Fiat auspicia la liberalización total de los extranjeros. El avvocato es un hombre de mundo, un europeísta convencido: un mercado europeo libre para el fútbol es coherente con su visión de la vida, la economía y la política. Dice que cuando piensa en Europa, piensa en "un continente como EE UU", donde se dé "una libertad absoluta de movimiento".

Como aficionado, me preocupan la visión del avvocato. El deporte americano está construido sobre unas bases totalmente diferentes al europeo. Un club es sobre todo una empresa que debe hacer beneficios. Si éstos fallan, se disuelve el equipo o se le traslada a otra ciudad. Personalmente me sentí mal cuando la Juve decidió jugar en San Siro (Milán) los partidos de competición europea; y peor me sentiría si una Juventus compuesta de 11 extranjeros se trasladara a jugar los encuentros de Liga pongamos que a Venecia en busca de más ingresos.

Sin embargo, dentro mí el aficionado choca con el europeísta convencido. Y me doy cuenta de que no se puede querer el tratado de Maastricht y al mismo tiempo oponerse al mercado libre. Esto supondría un par de problemas.

El primero sería el de las selecciones nacionales y el de la Eurocopa. Siguiendo el modelo norteamericano, tanto valdría que una Juventus toda extranjera jugase una Liga europea y que la Liga nacional fuese abolida, como que igualmente fuera suprimida la Eurocopa y que el Mundial, por qué no, se convirtiera en un campeonato intercontinental oponiendo al equipo de la Unión Europea con la Nafta (mercado común norteamericano) y con la Asean y demás.

El segundo problema sería el de la relación entre equipos grandes y pequeños. En un mercado europeo liberalizado, ya sería difícil la supervivencia de muchos equipos de Primera, ¿tendría entonces sentido una Segunda profesional?La Repubblica-EL PAÍS

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