_
_
_
_

¿Tú eres Goya?

Cincuenta niños de tres y cuatro anos asombran en el Museo del Prado con sus conocimientos de pintura

El Museo del Prado contó, el pasado viernes, con un atractivo añadido nada habitual: 51 escolares de tres y cuatro años que hicieron las delicias de visitantes y personal del museo por su excelente comportamiento. Según pasaban los pequeños por las salas de Velázquez y Goya, las pinturas perdían interés para los visitantes que dirigían, momentáneamente, sus miradas a los niños.Ningún vigilante de las salas permaneció indiferente: el menos expresivo esbozó una sonrisa a caballo entre el asombro y la admiración; el más locuaz aseguró que, en sus 20 años en el museo, no había conocido público de tan corta edad y mucho menos que fuera capaz de reconocer las pinturas, al atisbarlas por el pasillo, y vocearan, además, su nombre. Camino de la estancia donde se exhiben los lienzos del 2 y 3 de mayo de Goya, algunos chicos vieron de refilón otra obra del mismo pintor colocada enfrente: El coloso; la reconocieron todos y muchos de ellos hasta por su nombre. No tiene la menor importancia la confusión fonética de alguno que la llamó el goloso, "porque le gustan mucho las golosinas", provocando risa y admiración. Afortunadamente se produjo éste y algún otro error menor para que todos se cerciorasen de que se trataba de niños y niñas de verdad y, sobre todo, normales.

No son superdotados ni tan siquiera se les asoma una actitud repipi; se trata de alumnos de la escuela infantil Bebín (Torrelodones y Las Rozas), que desarrolla un método basado en técnicas de Educación Temprana, como son las, tarjetas de imágenes o la incorporación del ajedrez como gimnasia mental, a los programas educativos, a partir de los tres años. "Se ofrece a los niños la oportunidad de disfrutar de cosas que generalmente les están vedadas, como es el arte", según, palabras de la profesora del centro Emma Pérez. Para la realización de esta visita a El Prado, los chicos han revisado durante tres semanas, en dos sesiones al día, tarjetas con reproducciones de, pinturas de Goya y Velázquez, y antes deacabar ese periodo, según las . sables del centro, "ya eran capaces de reconocerlas".

Desde luego, no parecieron, aburrirse en los 40 minutos que duró la visita. Se oyó algún bostezo, alguien encontró más interesante la cuerda de protección de los cuadros y uno se permitió la travesura de rozar apenas una mesa florentina, pero en general se mantuvieron muy atentos (hubo quien identificó a la reina María Luisa en el lienzo La familia de Carlos IV por otro retrato de la monarca, obra también de Goya), sensibles ("pobre señor", ante el fusilado del 3 de Mayo) y expresaron la curiosidad necesaria para el conocimiento ("¿tú eres Goya?", preguntó Mirella a un copista que trabajaba ante La nevada, con lo cual se enteró que el pintor estaba muerto y que "vivió en una época en que las gentes se vestían como en los cuadros".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_