Un sistema políticamente neutro
El Partido Popular no es el único que mira al sector privado para comprometerle en la financiación de obras públicas. Hay instituciones de distinto ámbito y color político que lo estudian, especialmente en los últimos meses afirma Aniceto Zaragoza, director de la Asociación Española de la Carretera.Esta asociación ha elaborado un estudio sobre nuevos medios de financiación y gestión de carreteras, en el que se hace patente la tendencia acelerada hacia la privatización de la gestión de los servicio públicos y las infraestructuras, así como una mayor implicación del capital privado en su financiación. La conservación integral de las autovía y algunos tramos de las carreteras de primer orden del Estado ya se ejecuta por este procedimiento.
Según Zaragoza, el abanico de fórmulas es muy amplio y variado. La selección de pende de muchos factores; tráfico previsible, rentabilidad social y económica, viabilidad financiera... En su opinión, cada caso es diferente No es lo mismo hacer un puente que ampliar una carretera ya existente, el tendido del AVE Madrid-Barcelona una autovía nueva.
Es preciso estudiar exhaustivamente cada proyecto par aplicarle la fórmula más adecuada. La de la concesión o compra de infraestructuras plazos es la más desarrolladas en los países donde existe mayor rechazo social a la implantación de peajes por la falta de costumbre. Se evita el coste político de cobrarlos.
Evaluación concienzuda
Insiste Zaragoza en que hay que valorar en cada caso el sistema más conveniente, mediante estudios precisos y evaluaciones concienzudas. "Podría resultar que sale más barato acudir directamente a la deuda pública que a la financiación privada. Depende de muchos factores: de las tarifas, intensidad de tráfico, beneficio social, costes de construcción, singularidad de la obra a ejecutar...".
La ventaja de la financiación privada, en su opinión, estriba en que, además de diferir el pagó, elimina muchos riesgos. Se puede poner en marcha inmediatamente una autopista, un túnel de gran impacto social, mediante concurrencia pública y transparente de las condiciones de contrato", explica.
"El riesgo financiero se lo transmites al constructor, que se compromete a ejecutarlo en el plazo y a unos costes previstos, aunque se produzca una variación de precios modificados de obra. También introduces mecanismo de calidad y le obligas a esmerar la gestión, a ser muy buen gestor", concluye.
Desde la asociación de carreteras, la financiación privada no se considera ni buena ni mala, aunque sí interesan y políticamente neutra.
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