Las culpas de todos los males se las lleva el césped
El césped del Calderón se ha convertido en el culpable de todos los males del Atlético. Del mal juego y de las lesiones. Todos los protagonistas señalaron a la hierba con su dedo acusador. Encima de ella no hay quien juegue. Y menos el Atlético, un equipo que, según su entrenador, está hecho para desarrollar un juego de pocos toques y mucho movimiento. Algo tenemos que hacer porque somos los grandes perjudicados. No podemos cruzarnos de brazos. El césped no se va a arreglar solo".Y eso que el invento del helicóptero, que secó el campo horas antes del partido al precio de 500.000 pesetas, funcionó. Al menos, para Radomir Antic. "Si no llega a ser por el helicóptero no quiero pensar lo que nos hubiéramos encontrado". Pero con todo, el Atlético salvó un partido complicadísimo. Pero no salió ileso. Tres de sus jugadores acabaron entre algodones: Molina, Geli y Santi. Lo de los dos primeros no asusta a nadie, pues fueron sendos esguinces que, en palabras del doctor Villalón, "hay que achacarlo al césped".
Distinto fue el caso de Santi. Recibió un codazo de Álvaro que le dejó aturdido, al borde de la pérdida de conocimiento. Pero sí perdió la memoria.
En el Calderón, como de costumbre, también se habló del árbitro. Para Yosu, técnico del Racing, que consideró el resultado de todo punto injusto, "la expulsión de Esteban Torre fue una barbaridad.
Antic prefirió callarse al respecto y quizá influido por el expediente que le acaba de abrir el Comité de Competición, se limitó a comentar que "en televisión se verá claro lo que ha ocurrido hoy". La última reflexión del técnico serbio tuvo aspecto de ruego, con destino a las nubes: "Lo único que me queda es pedir que de aquí al domingo no llueva. Como lo haga, no quiero ni pensar en el partido de la próxima jomada". Por si acaso, el Atlético está dispuesto a utilizar su ya famoso helicóptero las veces que haga falta. Según Caminero, "gracias a él la cosa ha mejorado".
