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Tribuna
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El retrato

"No existe retrato más aéreo, más suscitador de presencia". Tenía razón Ortega. Pocos retratos se habrán pintado capaces de transmitir con tanta fuerza la presencia real de la persona retratada. Dicen que el papa Inocencio X exclamó al ver la obra terminada: "Troppo vero!". Le parecía demasiado verdadero porque, por entonces, los pintores pintaban la belleza y embellecían los retratos. Velázquez pintó al Papa tal cual era.En su ensayo sobre el pintor sevillano, Ortega dice que, hasta el siglo XVII, el retrato no era considerado como pintura propiamente dicha y que fue Velázquez quien lo elevó a principio radical del arte. El insuperable verismo velazqueño, sin embargo, no es simplemente realismo sino que el pintor consigue que la realidad que él retrata, trasladada al cuadro, sin dejar de ser realidad que es, adquiera el prestigio de lo irreal.

Lo que impresiona en el lienzo que en estos días se expone en el Prado es la personalidad del pontífice interpretada por la magia de Velázquez, que logra hacer de Inocencio X un personaje a la vez, real y fantasmagórico. El arte del pintor sabe captar el alma del personaje que asoma en su sobrecogedora mirada.

Giambattista Pamffli fue elegido en 1644 en un tormentoso cónclave en el que los partidos francés y español pugnaron por imponer a sus candidatos y salió él como solución de compromiso. Durante la década de su pontificado tuvo que combatir a enemigos como el duque de Parma o el cardenal Mazarino. Condenó a los jansenistas y declaró nulos los artículos contrarios a la Iglesia del Tratado de Westfalia, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años. En los últimos meses de su vida tuvo que sufrir las disensiones de su propia familia. Su cuñada, donna Olimpia Maldachini (a la que Velázquez retrató, aunque el cuadro se ha perdido), le sometió a su implacable dominio. Cuentan que, a su muerte, en enero de 1655, su cuerpo estuvo tres días abandonado en un cuarto trastero por culpa de la tardanza de donna Olimpia en hacer las disposiciones para el entierro.

Pocas cosas de mayor provecho se podrán hacer en Madrid en estos días que ir a ver esta obra cumbre del arte del retrato.

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