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DESAPARECE UN LÍDER DEL SIGLO XX

El luto de la pequeña Francia

Enric González

'La jornada de luto oficial se reflejó en las banderas a media asta, el minuto de silencio a las once de la mañana y la evocación voluntaria a François Mitterrand en las escuelas de Francia. Pero hubo también otro luto, el de la pequeña geografía sentimental de Mitterrand, ésa que él cultivo durante años. Su recuerdo fue rigurosamente conmemorado en los lugares que amó el ex presidente.Cerraron las diminutas librerías de lance de los bordes del Sena, los bouquinistes, que Mitterrand frecuentó durante toda su vida. Fue un homenaje callado de los libreros al ilustre cliente al que reservaban ediciones originales o raras de sus autores preferidos -Tolstói, Hugo, Drieu-La Rochelle- y grabados antiguos.

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También cerró el pequeño restaurante norteafricano de la calle Bièvre, la callejuela cercana a Notre Dame en la que Mitterrand tuvo su residencia particular desde 1972. El restaurante, que ofrece en su menú un cuscús del presidente y al que Mitterrand, cliente asiduo, acudió a almorzar el día que abandonó el palacio del Elíseo, quiso sumarse al duelo. "No nos apetecía servir comidas en un día tan triste como éste", dijo el propietario.En la peña de, Solutre, un monte de Borgoña a cuya cumbre Mitterrand ascendía cada año, sin falta desde 1944, el día de Pentecostés, unas 600 personas se congregaron en romería. Ni siquiera el año pasado, cuando apenas podía andar ya más que unos metros presa de la fase final de su enfermedad, renunció el ex presidente a su rito de Solutre.

En Cháteau-Chinon, la población borgoñona de la que Mitterrand fue alcalde hasta su elección como presidente; en los alrededores de Latché, la pequeña casa de campo de las Landas en la que pasaba sus vacaciones; en Belle-ile, el pequeño puerto bretón al que acudía muchos fines de semana, se celebraron distintos homenajes espontáneos.Incluso el ciberespacio de Internet, ajeno a un hombre tan tradicional como Mitterrand, tuvo su pequeña parcela de luto. Cientos de mensajes llegaron a un buzón informático habilitado a tal fin.

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