El Espanyol subyuga al Valencia
Dos goles de Lardín evidencian la eficacia blanquiazul y la pirotecnia valencianista
El Valencia deambuló por Sarria como un globo pinchado por la eficacia de un Espanyol insensible a la inestabilidad emocional 'que sobrellevó tras un derby muy reciente y de resultado descorazonador. El equipo valencianista malgastó mucha pirotecnia pero pocas veces consiguió que Mijatovic o Viola encarasen un muro de contención al que volvió Pochettino cumplido su partido de sanción y que avala su solidez con cifras: 13 goles encajados en 20 partidos. No fue un partido con muchas ocasiones, imposible con dos dispositivos tácticos tan fundamentalistas en la búsqueda de la integridad de sus respectivas porterías, pero la diferencia estuvo en que el Espanyol alimentó la rapidez de sus delanteros, Benítez y Lardín. La inspiración de éste último rompió la poblada defensa valencianista y decidió.El Valencia presionó muy arriba, intentando cortarle las lidas de raíz al Espanyol. El balón de hecho le perteneció durante muchos minutos al equipo valencianista pero casi nunca supo administrarlo con la pericia adecuada para poner en apuros a Toni. Sólo una vez se encontró Mijatovic con balón y metros por delante, en la situación idónea para marcar. Pero Ton¡ le ganó, el mano a mano en el minuto 62 y evitó el empate. Fue el único fogonazo que amenazó estallido. El resto fue un constante embrollo, con mucho toque, pero sin ninguna opción para sortear el dispositivo blanquiazul. La baja de Gálvez resultó trascendente habida cuenta de la escasa habilidad demostrada por Viola cuando tuvo que retrasar su posicion para recuperar, balones que nunca le llegaron en la'boca del area ni a él ni a Mijatovic. Superado el apuro por el cuarteto defensivo muy sereno y muy bien pertrechado por las. ayudas de Brnovic, el Espanyol se mantuvo agazapado a la espera de conectar un contrataque rápido y fulminante. Benítez aviso en un par de ocasiones y Lardín ratificó otras dos veces.En tanto, el Espanyol pudo intentar corregir su error de dividir la defensa valencianista a base de balones aéreos o intentos de abrir la jugada por el centró, donde Urzáiz estaba custotiado nada menos que por Camarasa, Ferreira y Otero. Otros dos hombres situó Luis Aragonés junto a Zubizarreta, Mendieta y Romero, -aunque los dos laterales convirtieron el esquema en un 3-5-2 cuando de atacar se trataba.El Valencia llegó, muy henchido a Sarriá pero se tuvo que ir haciendo propósito de enmienda y revisando un esquema muy fiado a una presión muy adelantada y al buen toque de Fernando y Mazinho pero con el que no fue capaz de dividir la defensa del Espanyol.El Valencia, que apuntaba a los puestos de honor del campeonato, se fue con la sensación de que le degradaron. El Espanyol marcó distancias y ratificó la jerarquía actual.
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