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Reportaje:

Dos Polos al año

El polaco Marek Kaminski ha conquistado este añó el extremo artico y antártico de la Tierra

Llegar a los Polos Norte y Sur en un solo año fue el sueño de Marek Karninski, un explorador polaco de 31 años. Tras 53 días pasados bajo viento, nieve y el frío polar, lo acaba de ver cumplido. El pasado miércoles pudo transmitir desde una pequeña emisora portátil una señal por satélite desde el mismo fin del mundo: el Polo Sur. La pasada primavera había hecho otro tanto desde el Norte. Es el primer hombre que llega a pie a los dos extremos de la Tierra durante el mismo año.La última expedición de Kaminski comenzó el pasado 4 de noviembre en la isla de Berkner, cerca de la costa antártica. Pensaba recorrer la misma ruta por la que en 1911 llegó al Polo Sur, por vez primera en la historia, el noruego Roald Amundsen.

Kaminski tenía por delante un recorrido de 1.400 kilómetros. Llevaba únicamente esquís de fondo y arrastraba un trineo de plástico con 120 kilos de enseres: alimentos liofilizados para dos meses, combustible, saco de dormir y una tienda de campaña.

Mantenía el contacto con el resto del mundo gracias a la emisora de radio Argos, un sistema de comunicación por satélite que ofrece al explorador la información sobre su posición geográfica y que permite localizarle en medio de las nieves. Kaminski pudo emitir regularmente alguno de los 15 breves mensajes codificados disponibles. Las señales emitidas se limitaban a una información lacónica, como, por ejemplo: "Todo OK", o "Mal tiempo". El sistema Argos posibilita el contacto con el Centro de Investigaciones del Espacio en Toulouse (Francia), que el pasado miércoles pudo informar sobre el éxito de la expedición.

Los inicios de la hazaña fueron poco alentadores. En los primeros 10 días Kaminski sólo recorrió 100 kilómetros, por unas condiciones meteorológicas extremadamente adversas: frío, de 30 grados bajo cero y huracanes. Además, tuvo que salvar enormes dunas de nieve y hielo, así como precipicios de 300 metros de profundidad.

La siguiente etapa, según cuentan los amigos de Kaminski que a lo largo de los pasados dos meses reunían toda información sobre su suerte, fue algo más fácil. Lograba recorrer unos treinta kilómetros al día. No obstante, en el kilómetro 350 comenzaron nuevos problemas: las nieblas, que, combinadas conla luz solar, ciegan al explorado. Kaminski informaba entonces sobre "una cortina gris" que le impedía, por completo, ver el horizonte. El mismo problema volvió a aparecer 400 kilómetros después.

La más fácil fue la última etapa, que Kaminski comenzó justo en Nochebuena. En estos 100 kilómetros de terreno plano, la única adversidad fue el fuerte viento.

Los preparativos de Kaminski para su segunda expedición este año duraron apenas dos meses. El explorador no solo tuvo que reunir materiales y dinero, sino también engordar: durante la expedición al Polo Norte adelgazó 26 kilos.

Kaminski es un auténtico trotamundos. Entre otras aventuras, estuvo en las selvas de México y Guatemala. Viajó por los descampados de África.

Estudió física y matemáticas en Varsovia y Hamburgo. Vive en la ciudad costera de Gdansk. Es propietario de una empresa que emplea a 1.000 personas y que importa equipamiento de cuartos de baño. El pasado año, Marek Kaminski fue elegido Hombre de Negocios del Año, título concedido por los medios polacos. Su nombre apareció también en la lista de los 100 polacos más ricos.

El retorno del explorador a Polonia se espera en unas dos semanas. De momento, Kaminski descansa en la base polar norteamericana Scott-Amundsen, a 1,5 kilómetros del Polo Sur.

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