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Lucha en el campo de tiro

Protesta en Leganés contra la construcción de casas en el antiguo recinto de entrenamiento del Saboya

"Luchemos para que del campo de tiro hagan un parque".Ésa es la andanada a las barricadas que ha lanzado la asociación de vecinos San Nicasio, de Leganés (178.000 habitantes), que se enfrenta así al proyecto para construir un barrio de 1.300 viviendas en la antigua zona de instrucción y entrenamiento del Regimiento Saboya. Desde el Ayuntamiento, PSOE y PP coinciden en que las zonas verdes están suficientemente recogidas en el proyecto. Por el contrario, Izquierda Unida apoya a los vecinos, que tenían previsto efectuar una acampada este fin de semana, pero que al final la suspendieron por el frío.

El campo de tiro tiene una extensión de medio millón de metros cuadrados. Está situado entre la avenida del Mediterráneo -que Ie separa de los primeros bloques de San Nicasio-, la carretera de Fortuna, la antigua vía militar y la M40. De su desarrollo se encargará el consorcio Leganés Norte, integrado por Comunidad (60%) y Ayuntamiento (40%), que prevé que el nuevo barrio cierre el crecimiento urbanístico de la franja del municipio más próxima a Madrid capital. El consorcio define el nuevo barrio como "ciudad jardín", porque, en su opinión, equilibra el crecimiento residencial con el medio ambiente. Del medio millón de metros cuadrados, 365.000 los ocuparía el nuevo barrio y los restantes se dedicarían a zonas verdes.

La, oposición de la asociación de vecinos de San Nicasio (un barrio con 21.000 habitantes) surge más por el diseño del proyecto que por el número de viviendas previstas. Asegura, que se ha colocado la mayor franja de verde en la zona más alejada de San Nicasio, donde desde hace diez años se reivindica un parque. "Yo creo que hay sitio para las viviendas y las margaritas, y si tuvieran un poco de sentido común podrían retocarlo un poco", manifiesta Francisco Pérez, presidente de la asociación de vecinos. La entidad se conformaría con que el consorcio corriese hacia el norte la superficie residencial y alargase la franja verde en el entorno de la avenida del Mediterráneo. Ahora esa franja es de 80 metros. Quieren allí un parque rústico polivalente que recupere la vieja pista de atletismo de los militares, que tenga campo de fútbol y que se pueda utilizar como recinto ferial para San Nicasio.

El alcalde, José Luis Pérez Ráez, asegura que el parque previsto en el proyecto "será el mejor de Leganés", y mantiene que es imposible modificar el proyecto a estas alturas. "Cada cosa tiene su tiempo y el momento de redefinir este barrio fue hace dos años; ahora, cuando hay intereses públicos y privados implicados, sería una irresponsabilidad". Desde el PP, su portavoz, Pablo Abejas, hace una llamada a la sensatez vecinal y recuerda que el campo de tiro "es un páramo y no Cabañeros, desgraciadamente". El edil considera que modificar el proyecto supondría la ruina del Ayuntamiento. "Esta ciudad no tiene recursos económicos suficientes para tirar 2.000 millones de pesetas a la calle".

Sólo IU se ha aliado con la asociación de vecinos en las reivindicaciones. Su portavoz, Eduardo Cuenca, no sólo cree posible modificar el proyecto,. sino que va más lejos, y plantea como solución trasladar las viviendas a la cercana reserva municipal de Solagua, en la carretera de Alcorcón, para evitar perjuicios a las promotoras a las que ya se han adjudicado las parcelas de unifamiliares.

Desde estas promotoras se han escuchado ya las primeras quejas contra los vecinos. Geicop, adjudicataria de una parcela de 40 unifamiliares, manifiesta que están teniendo dificultades para vender las viviendas. Califica de "ilógicas" las demandas de San Nicasio, porque el proyecto del campo de tiro "es todo verde; más verde, imposible". De las 1.300 viviendas previstas, 780 serán de protección oficial en altura, y 520 chalés de promoción libre. Entre estas últimas se situará la mayor masa forestal, porque allí se prevé la recuperación del arroyo Valdegrullas, que el proyecto concibe como un parque natural con sendas botánicas y zonas de recreo.

Para mover las viviendas, los vecinos han buscado la mediación del presidente, regional, Alberto Ruiz Gallardón, que les ha ofrecido una entrevista con el consejero de Obras, Luis Eduardo Cortés.

Amor y guerra

, El campo de tiro ha sido el lugar donde se han entrenado miles de soldados, pero también es la zona donde descubrieron las caricias amorosas varias generaciones de leganenses. Los fines de semana se reúnen en el campo de maniobras varias decenas de aficionados al trial y a la bici de montaña. Hasta hace pocos años era frecuente ver cada mañana a un pelotón de soldados que cruzaba San Nicasio a ritmo de marcha desde el cuartel Marqués de Leganés. Iban al campo de tiro, su zona de entrenamientos e instrucción, que al caer la tarde se convertía en escenario donde se arrullaban las parejas de novios. De vez en cuando, una patrulla enfocaba con sus linternas las empañadas ventanillas de los coches para recordarles que se hallaban en un área militar prohibida. Todo eso acabó en el verano de 1991, cuando definitivamente, y después de haber permanecido 454 años en la localidad, el Regimiento Saboya, el antiguo acuartelamiento de las guardias valonas, se trasladó a Badajoz. El convenio que permitiría construir en Leganés el campus de la Universidad Carlos III -suscrito por la Gerencia de Infraestructura de la Defensa, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento- fijaba que el suelo del campo de tiro se lo quedaría el Ministerio de Defensa para construir 800 viviendas unifamiliares de renta libre a cambio del edificio Sabatini, la colonia y la granja militar. Aprovechando el plan de vivienda social del Gobierno central, en 1992 se iniciaron unas duras negociaciones que culminaron el 27 de junio de 1994 con la firma de un nuevo convenio por el que la gerencia accedía a cambiar sus derechos de construcción por 2. 100 millones de pesetas. El dinero lo pagó el consorcio Leganés Norte, que lo ha recuperado con la venta de las parcelas de los chalés de promoción libre.

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