Rechazo generalizado al diálogo con ETA tras la matanza de Madrid

La última matanza de ETA en Madrid llevó ayer al Gobierno y a todos los partidos democráticos, y muy expresamente a José María Aznar (PP) y Julio Anguita (IU), a mostrar su total rechazo a abrir canales de diálogo con los terroristas. Incluso el líder del PNV, Xabier Arzalluz, que en los últimos meses ha alimentado la expectativa de un final pactado para la violencia, aseguró que ETA ha cegado esa posibilidad "por muchos años".

El brutal atentado cometido el lunes por ETA en el popular barrio madrileño de Vallecas, en el que seis trabajadores civiles de la Armada perdieron la vida y otras 17 personas resultaron heridas, ha convulsionado la sociedad española. Desde el príncipe Felipe hasta el colegio público Amador de los Ríos, cuyos alumnos se salvaron por unos minutos de resultar alcanzados por la explosión, pasando por el Congreso de los Diputados, todas las instituciones, partidos y organismos expresaron de una u otra forma su indignación. Algunos lo hicieron guardando silencio durante cinco minutos, a las once de la mañana. Otros, sumándose a las más de 150 concentraciones convocadas por Gesto por la Paz en el País Vasco o a la que esta tarde recorrerá Vallecas.

En el cuartel e la Infantería de Marina un millar de familiares, amigos y compañros de los muertos asistieron al funeral, junto al ministro de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra. El presidente del PP, José María Aznar, arropado por ocho dirigentes de su partido, acudió por vez primera a las exequias por las víctimas de un atentado de ETA en Madrid, y cosechó algunos reproches y muchas palabras de aliento. Hubo gritos aislados reclamando la muerte para los asesinos.

La policía lanzó un llamamiento a la colaboración ciudadana en busca de pistas sobre el comando Madrid.