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El Barça se somete a una terapia de grupo en el vestuario

Ramon Besa

La segunda derrota de la temorada reagruapó a la plantilla y al técnico del Barça, Johan Cruyff, en el vestuario del Camp Nou. Sólo un día después que el presidente Josep Lluís Núñez expresara su indignación, el colectivo se sometió a una terapia de grupo de más de una hora con el técnico como exorcista. La situación ofreció dos lecturas opuestas. Una: el equipo toca fondo. Dos: la clasificación invita a mantener la calma, pues el Atlético está a cuatro puntos y el Madrid sigue a siete. En el Barça todo es más llevadero si el Madrid no gana.

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La caída del equipo azulgrana en la Liga y la alarma dispatada por Núñez con un mensaje que cuestionaba al entrenador provocó que el vestuario recuperara una tradición que este curso parecía perdida: las charlas con Cruyff. La plantilla y el cuerpo técnico se reunió durante unos 70 minutos para analizar qué le sucede al equipo. Fue una forma de recuperar un diálogo que, a tenor de las declaraciones del plantel y contrariamente a la impresión del presidente, no se ha perdido, aunque en el vestuario más que debate un monólogo.La marcha de las llamadas, vacas sagradas -Zubizarreta, Koenian, Laudrup...- ha debilitado el protagonismo del plantel en la toma de decisiones o cambios de rumbo tácticos. Habla Cruyff y los futbolistas, en su mayoría jóvenes y extranjeros contratados por el pronio técnico, escuchan al profesor. Los jugadores, sin embargo, han solicitado al entrenador que tome partido por un equipo estable y un dispositivo, a fin de reorganizar al grupo y evitar la dispersión en la que ha caído ante tanta rotación y falta de criterio.

"Había necesidad de hablar", afirmó Guillermo Amor, uno de los capitanes del equipo. "Era conveniente analizar lo que pasó en el Calderón, y apelar a la unión, porque cuando el equipo va mal sucede que todo el mundo se pone nervioso". Los términos de la charla táctica incidieron en aspectos ya conocidos. Al equipo le falta estabilidad, concentración -encaja goles en momentos cruciales- y agresividad, y debe evitar, sobre todo, perder la posición en el campo y que sé disemine. Hubo hasta quien, como es el caso de Ferrer y Popescu, puso al Espanyol como referencia. "Hay que tomar nota, aprender, de equipos como el Espanyol, en conceptos como el del juego colectivo por encima del invidual", dijo Ferrer. "Si ponemos agresividad", agregó Popescu, "la misma que el Espanyo, nuestro juego puede mejorar mucho. Lo del sábado fue horroroso".

Otros dieron menos explicaciones y fueron más explícitos. Es el caso de Abelardo: "Ha sido un repaso como el de otras veces, una reunión como la que tiene un empresario con sus obreros". Un tercer grupo, capitaneado por Hagi, lanzó un mensaje inequívoco: "El mister puede decir lo que quiere porque es el mister, pero la realidad es que el Barça está bien, pues estamos a cuatro puntos del líder". Si dicen que nosotros vamos mal, ¿qué va a decir el Madrid que está a 11 puntos?".

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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