Patrullas ciudadanas contra la droga en 'Línea 900'

El empobrecido barrio bilbaíno de San Francisco vive sumido en un enfrentamiento entre los vecinos que quieren erradicar la venta de droga con patrullas ciudadanas y quienes propugnan medidas sociales. El programa Línea 900 aborda hoy (La 2, a las 21.30) este problema, común a otros barrios deprimidos de ciudades como Madrid o Valencia, en el reportaje Mi barrio es una ruina, realizado por Marisol Soto y Pilar Ruiz.San Francisco, conocido popularmente como La Palanca, es uno de los vecindarios más antiguos de Bilbao, y algunas de sus calles tienen condición de barrio chino. Situado entre la vieja zona minera y la ría del Nervión, queda casi en el centro de la ciudad. Pero muchos de sus hogares están castigados por la pobreza, el paro, la prostitución y la infravivienda. Los precios más baratos de los pisos y locales han ido atrayendo a algunos jóvenes y, sobre todo, en el último lustro, a buena parte de los inmigrantes magrebíes y subsaharianos asentados en la capital vasca. También viven en él numerosas familias gitanas. El día a día no es fácil, y la constante venta de droga en las calles, con la violencia que esto genera, ha crispado los ánimos, según reflejan los testimonios recogidos en el reportaje.

La Asociación de Vecinos Independiente ve la solución en las patrullas ciudadanas y en el enfrentamiento con los supuestos traficantes. Se manifiestan delante de los bares donde, según ellos, se vende droga, y sacan fotografías y vídeos de cuantos movimientos consideran extraños para obtener pruebas de sus acusaciones.

Los miembros de la otra entidad del barrio, la Asociación de Vecinos de San Francisco, critican los métodos de los primeros. Propugnan actuaciones de tipo social, como los proyectos de formación y empleo, porque ven en el paro, el germen del problema.

Los dos grupos sólo coinciden en que las instituciones se deben mojar para resolver el problema. Unos y otros explican sus posturas en el programa, donde también aparecen algunos de los dueños de los bares acusados de vender droga, comerciantes atracados, inmigrantes y responsables de la Ertzaintza, la Policía Municipal y los organismos de atención a drogodependientes.