Los líderes políticos respaldan masivamente la Constitución en su 17º aniversario
El 17º aniversario de la Constitución produjo una auténtica aglomeración de personalidades en el Congreso de los Diputados. A diferencia de años anteriores, la presencia de líderes y políticos, en activo o retirados, fue masiva. En ese marco de entusiasmo institucioanl, 20 años después de iniciarse la transición política, el presidente de las Cortes, Félix Pons, introdujo un sutil reproche a los actores políticos, al afirmar que el "respeto y la solidez" de las instituciones dependen "de su propio trabajo y acierto", pero también "del reconocimiento sin sombras de su papel constitucional y del apoyo decidido que reciban".
Pons subrayó la necesidad de que "las instituciones democráticas sean sólidas y respetadas", "al margen de polémicas y de discrepancias legítimas, para que nadie pretenda suplantarlas, orillarlas o desmerecerlas".El presidente de las Cortes no hizo la menor alusión a su anunciada despedida de la vida política -no concurrirá como candidato del PSOE a las próximas elecciones generales- y leyó un discurso de apenas tres folios en el que insistió en la urgencia de que las instituciones "cuenten siempre con un cerrado y decidido apoyo".
El presidente del Gobierno, Felipe González, con varios ministros de su Gabinete; el líder del principal partido de la oposición, José María Aznar, junto al secretario general del partido, Francisco Álvarez Cascos, el portavoz parlamentario; Rodrigo Rato, y numerosos diputados y diri gentes del PP; el coordinador de IU, Julio Anguita, y la portavoz en el Congreso, Rosa Aguilar; el portavoz de CiU, Joaquim Molins; el de Coalición Canaria, Luis Mardones; los presidentes de las altas instituciones del Estado y una numerosísima representación de ex ministros de UCD o ex presidentes de instituciones dieron a la celebración el punto de informal solemnidad de la que había carecido en años anteriores.
Pese a todo, las ausencias fueron significativas. La Iglesia Católica no envió a ningún representante de su jerarquía al homenaje a la Constitución. Un vacío por parte de una institución que valora el rito hasta conferirle trascendencia sacramental.
Tampoco los principales sindicatos se dignaron enviar a sus secretarios generales. Y los nacionalistas vascos mantuvieron su calculada ambigüedad de participar en las instituciones e ignorarlas en ocasiones determinadas con gestos de distanciamiento protocolario.
La recepción conté con una nutrida representación militar que abarcaba desde los jefes de Estado Mayor del Ejército, José Faura, y de la Armada, almirante José Antonio Romero, hasta soldados de reemplazo. También la judicatura, a través de los miembros de la Junta Electoral, tuvo presencia numerosa.
El Estado de las 17 autonomías sólo contó con tres presidentes de comunidad en la fiesta: el de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, -también acudió el alcalde, José María Álvárez del Manzano-, Juan José Lucas, de Castilla y León, y José Bono por Castilla-La Mancha.
Las modestas dimensiones del palacio del Congreso provocan un cierto hacinamiento en oca sienes como la de ayer pero hacen muy visibles los encuentros y los distanciamientos personales.
Felipe González y José María Aznar escucharon el discurso de Pons flanqueándolo a pocos metros de distancia, pero no consta que intercambiasen ni siquiera un saludo. Aznar escuchó al llegar gritos de ¡Presidente, presidente! y fue aplaudido al entrar y al salir del Congreso por una parte del público que se concentró frente a la puerta.
El Presidente del Consejo General del Poder Judicial, Pascual Sala, aprovechó la ocasión para hablar con los portavoces parlamentarios del PSOE, Joaquín Almunia, y del PP, Rodrigo Rato, y pedirles que logren un acuerdo para renovar la institución. Rato, incluso, se alejó del tumulto para dialogar unos minutos con el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba.
El ministro de Economía, Pedro Solbes, dialogó durante largo tiempo con el portavoz para asuntos económicos del PP, Cristóbal Montoro, y las gentes del mundo del espectáculo como Carlos Larrañaga, Emilio Aragón o Tito Valverde mantuvieron una discreta presencia en medio de la concentración de políticos activos, nostálgicos y aspirantes que abarrotaban el salón de los pasos perdidos y sus aledaños.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.