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El misterio de la farmacia de Brea

Extrañas renuncias de los adjudicatarios de la botica antes de presentarse siquiera en el pueblo

Vicente González Olaya

En Brea de Tajo (495 habitantes) jamás ha habido una farmacia. Por diversas razones, todos los farmacéuticos que logran el permiso para abrirla se niegan a tomar posesión.El alcalde, Víctor Rodríguez, del PP, está desesperado. Los vecinos, mientras tanto, están obligados a comprar los medicamentos en la cercana población de Estremera (1.100 habitantes) o en el botiquín municipal, que es propiedad también dé la farmacéutica del pueblo vecino, Julia Sánchez Escribano. El regidor considera que una "oscura trama de intereses impide que Brea tenga farmacia". Y señala con el dedo a la boticaria del pueblo de al lado.

Los datos que han llevado al alcalde a esta conclusión son los siguientes el 10 de febrero de 1989, una boticaria, Pilar Maqueda, pidió permiso oficialmente ante el Colegio de Farmacéuticos para abrir una farmacia. Su solicitud fue publicada en el tablón de anuncios del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, organismo que debe evaluar la petición y cuya propuesta de adjudicación tiene que ser ratificada por la Comunidad. Cuando Maqueda hizo pública su petición, otras 10 personas exigieron lo mismo. En 1991, el colegio propuso a la Consejería de Sanidad que adjudicase la farmacia a José Luis Dorado, uno de los 11 peticionarios. Sin embargo, en 1993, dos años después, Dorado no había tomado posesión. Se propuso entonces a Bernardo Alfaro, quien tampoco llegó a abrirla, En marzo de 1994, el colegio advirtió a Alfaro de su tardanza. Dos meses después, y ante la negativa de éste, se le retiró el permiso (y mientras, la farmacia sin cubrir). En junio de este año, se falló a favor del licenciado Tomás Marco. Pero hace unos días, este farmacéutico que tiene su establecimiento en Fuentes del Ebro (Zaragoza), envió una carta al Ayuntamiento. En ella indica que tampoco está dispuesto a tomar posesión.

"La rueda"

El alcalde da la siguiente explicación a estas curiosas renuncias: "Todas esos farmaceúticos son hombres de paja de la boticaria de Estremera. Ella los coloca ahí para prolongar los trámites y así ella sigue quedándose con todo". Es un sistema conocido como la rueda (veáse EL PAÍS del lunes 4 de diciembre).

EL PAÍS ha podido localizar a uno de esos farmacéuticos. Marco reconoció que, pese a ser de Zaragoza, conoce "de vista" a la farmaceútica de Estremera. "Es vocal del colegio de Madrid. Nos vimos en una reunión en Valladolid", explicó. Marco rechaza tajantemente que Julia Sánchez-Escribano le propusiese la idea de presentar su candidatura por Brea. "Este pueblo lo elegí porque voy mucho a Madrid y lo veía cuando pasaba por la autovía de Valencia", explicó.

Julia Sánchez-Escribano dio ayer la siguiente versión de estos hechos: "Es una infamia que el alcalde haga ese tipo de acusaciones contra mí. No conozco a ninguno, de esos farmacéuticos. Yo soy quien hace los análisis del agua en Brea [también es inspectora de Salud] y sé lo que está pasando. No puedo explicarlo debido al secreto profesional".La vicepresidente de la Asociación de Farmacéuticos en Paro, Pilar Aparicio, que agrupa a parte de los 2.000 boticarios sin trabajo en la Comunidad de Madrid, comenta: "El caso de Estremera no es único. Esto ocurre en muchos pueblos". Ya en 1990, el Defensor del Pueblo denunció una situación semejante en Llavorsí (Lleida). Cada apertura de una nueva farmacia, significa reducir un poquito más el pedazo de pastel que les toca a los boticarios cercanos. No hacen falta más explicaciones".

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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