Otro 'derby' sin fútbol
El Sporting dio en bandeja la victoria al Oviedo gracias a un autogol
La historia se repite. Los duelos entre los dos grandes asturianos están llenos de fastuosidad en las vísperas, invitaciones al espectáculo y ambiente festivo. Sólo les falta un pequeño detalle: el fútbol. Un año tras otro, casi siempre con dominio ovetense en los resultados, lo que pase en el campo no se corresponde con la exigencia pasional que envuelve a los jugadores de uno y otro bando. Al Oviedo le suele tocar el consuelo de saberse ganador final en la mayoría de los enfrentamientos.El Sporting, que formó la pareja central de medios con dos chavales de la nueva ola, David Cano y Mario, tuvo el juego bajo su control en casi todo el partido. Sólo en los cinco minutos que precedieron al descanso los gijoneses se diluyeron como un azucarillo en el agua. Al final del partido lo que hicieron fue caer en la desesperación.
El Oviedo, que empezó amenazante, quedó pronto sin brújula y dejó toda la iniciativa a su rival. Pero el Sporting es una nulidad este año fuera de El Molinón. El equipo gijonés recogió el guante y se adueñó del balón, aunque cuando quiso acordarse de la portería rival, dejó cierto poso de incompetencia. Sólo una espléndida aparición del Lediakhov en el área de Mora, que el portero ovetense desvió con la punta de los dedos, mereció de ver dad el gol. Tanto el ruso como Salinas son como la avanzadilla de un ejército que muere a manos del enemigo, mientras el resto de la tropa espera, acechante, a que sus dos explora dores reconozcan el terreno.
El Oviedo arrancó su motor a cinco minutos del descanso y le dio entonces una pasada solemne a un Sporting que fue salvado por la campana del entreacto. El segundo tiempo empezó con los visitantes pro testando un posible derribo a Salinas en el área rival. Después, salvo el gol, todo fue casi una fotocopia del primer tiempo. Pero fue decisivo.
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