EMBOTILLADOS

Luis del Olmo, el comunicador innombrable de Onda Cero por inaudito y creador, se rodeó de Joan Manuel Serrat; del diputado Juan Morano; del director de la cadena SER, Daniel Gavela; del director de La Vanguardia, Juan Tapia; de Inés Prada, concejal de Cultura del Ayunta miento de León, y de las autoridades provinciales y gastronómicas del Bierzo, como el héroe de los botillos César Areas, o como Raúl, el filósofo de las peras carujas, oriundas de Orellán, justo al lado de las Médulas, reminiscencia de la historia grande de lo inimaginable hasta que no se ve. Todos ellos y un montón de le gisladores catalanes acompañaron, un ano más, a Del Olmo y a su esposa, Merche, en la representación cultural de la comida de los mil botillos para otros tan tos catalanes. "A partir de la es pecificidad cultural regional hay que aspirar a lo universal", dijo el comunicador, en español y en catalán, como pide la modernidad. El menú fue casi radical inente berciano: queso de Valdeón, pimientos del Bierzo y cecina como entremeses. Botillo con su chorizo y verdura y cachelos. Peras carujas, cosa sublime, como postre. Y el todo, aliñado con siete vinos del Bierzo que comienzan a ser... Café, aguardientes, y, por añadidura, todo un es pectáculo aderezado con personajes que excusaron su presencia, pero representados por sus fantasmas imitadores espirituales. Felipe González dijo: "Después de habernos puesto las botas, nos hemos puesto el botillo", Aznar: "Les voy a hablar en catalán, que es su lengua, y la mía". Y Cruyff, que aún no ha superado el empacho que, por desconocimiento, le causó el botillo delaño pasado: "Cada domingo les digo a mis jugadores: 'Si no metes un gol, te hago comer botillo una semana".-