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El BCH reduce sus reservas en 95.400 millones para culminar su saneamiento

Miguel Ángel Noceda

El Banco Central Hispano (BCH) ha echado mano de sus reservas de fusión para completar su saneamiento este año. El objetivo de la entidad es cambiar el diapasón e iniciar una nueva etapa en 1996. Además de recortar el dividendo un 40%(de 125 a 75 pesetas brutas por acción), el BCH ha decidido destinar la práctica totalidad de los beneficios de 1995 (124.000 millones) a provisiones para insolvencias y reducir las reservas en 95.440 millones (un 14,3% del total). En total, las provisiones alcanzan 220.000 millones. La agencia de calificación Standard & Poors ha puesto al banco con implicaciones negativas por la reducción de reservas.

El BCH trata de culminar su saneamiento ("fortecimiento del balance", como prefiere decir su presidente, José María Amusátegui) este año sin más demora. Con la supervisión y visto bueno del Banco de España, ha preparado una serie de medidas, para cerrar el proceso de ajuste que inició en 1992. La primera decisión, en ese sentido, consiste en dedicar 124.000 millones, la mayor parte de los beneficios generados este ejercicio, a provisiones para insolvencias, cartera de valores y otras partidas.El BCH, en segundo lugar, hará valer las reservas que arrojó la fusión entre los antiguos Central e Hispano "para proceder a un programa extraordinario de aplicaciones" por un monto total de 95.440 millones. La cifra total con la que cuenta en estos momentos el banco de reservas de fusión es de 116.000 millones y sólo le queda este ejercicio para poder utilizarlas como tales, ya que pasados cuatro años de la fusión pasan a ser reservas normales. Precisamente por eso, el banco ha solicitado a Hacienda deducciones fiscales, lo que supondría un ahorro de cerca de 35.000 millones en impuestos en ejercicios futuros. La reducción de reservas, una séptima parte del total, ha provocado que Standard & Poors haya puesto la deuda a corto y largo del banco en observación, "con implicaciones negativas".

Como tercera medida, el BCH repartirá un dividendo de 75 pesetas brutas por acción. Este pago, que se hará de una sola vez, se hará con cargo a las reservas del banco y no sobre beneficios. Todo este plan permitirá que el BCH ofrezca beneficios, aunque sean pocos. El banco matriz obtendrá unos beneficios netos de 5.100 millones y el grupo 12.500.

Como consecuencia de estas medidas, el coeficiente de solvencia (recursos propios totales sobre activos totales) del grupo se situará en el 8,4% cuando la exigencia del Banco de España es del 8%. Los recursos propios, que ahora son de 690.000 millones, se rebajarán hasta 595.000 millones al descontarse los 95.440 de reservas de fusión. Los 12.300 correspondientes al diviendo se compensan con los 12.500 de beneficios previstos y que se destinarán a reservas.

Este plan supone el cierre de la fusión y el comienzo de una nueva etapa, a juicio de Ángel Corcóstegui, consejero delegado. Corcóstegui anunció ayer que la estrategia del banco pasa por una mayor agresividad comercial y que cuenta con un billón de pesetas para afrontarla.

El BCH venderá las participaciones industriales que no sean estratégicas ni rentables, según Corcóstegui. En los tres años anteriores (hasta octubre de 1995), el banco se ha desprendido de activos por valor de 205.000 millones (88.000 millones de plusvalías), así como de activos bancarios por valor de 93.000 (56.000 de plusvalía). También quiere vender los inmuebles no relacionados con el negocio, bancario. Los responsables del banco anunciaron que el BCH creará tina unidad de banca internacional con Luksic para operar en el Cono Sur americano. Entre otros, objetivos, tiene previsto fusionar los bancos chilenos O'Higgins y Santiago para crear el banco primer de ese país. En la unidad también entrarán otros bancos.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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