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Tribuna
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La mosca en la sopa

La moda. Cuatro defensas, dos pivotes por delante de ellos para apoyarles e iniciar la salida, una línea de tres a la altura de la media punta y un punta puro arriba. Es la táctica de la Real, la última moda en nuestro fútbol. (Toshack quiere apuntarse a ella para provocar la reacción del Deportivo). La línea de tres en la zona de media punta creó problemas al Barça, cuya defensa no se sintió a gusto. Ni aguantando los ataques de la Real, ni iniciando la jugada. Quizá lo segundo por lo primero. Guardiola. Da gusto verle. Cuando el Barça pasaba por él, mejoraba. Su intervención aclara siempre el panorama.

Tourbillon. Torbellino. Alí, se llamó en los años cincuenta la fórmula de ataque de Francia, en la que los delanteros alternaban continuamente sus posiciones en todo el frente del ataque. Es una de las armas de Cruyff. Nunca se sabe del todo por dónde aparecerá Hagi, porqué banda llegará Figo, si por el boquete del centro aparecerá Oscar, Roger, Toni o los propios Figo o Hagi. Hasta que entró Kodro. Él es un nueve puro y Con él en el campo el ataque cambia fantasía por contundencia.

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El Barça resbala al final

Al revés. En un equipo tan joven como la Real, se supone que los extranjeros deberían ser la referencia. Pero es al revés. Salvo Karpin, contrastado, los otros dos son más que nada un peso muerto en el equipo. Quien viera el partido sin conocer a los jugadores pensaría que la estrella importada de la Real es Idiakez.

El árbitro. Ya aburro hablar de esto pero no hay más remedio porque el problema es grave. Partido bueno, noble, muy británico, con lluvia, energía y nobleza. Y en medio de todo eso, un estorbo: el árbitro. Récordmnan nacional de tarjetas que mantuvo ayer su brillante marca. Incluso expulsó a Guardiola para engorrinar más el asunto. Fue la mosca en la sopa. Y pásmense: es internacional.

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