Pujol tendrá que gobernar con apoyos

No lo esperaba nadie. Las encuestas predecían que Convergència i Unió bajaría, pero se mantendría en el umbral de la mayoría absoluta y ni el más optimista de sus competidores se había siquiera atrevido a vaticinar el descalabro. Pero el descalabro de Jordi Pujol se ha producido. Después de gobernar tres legislaturas sin tener que pactar con nadie, CiU ha perdido 10 de sus 70 diputados, con lo que ha dejado de tener por sí sola más diputados que todos los demás juntos. El rodillo parlamentario se ha acabado.El bajón de CiU ha sido de más de cinco puntos en el conjunto de Cataluña y algo superior en Barcelona. La coalición nacionalista no ha sabido retener a esa amplísima franja de electorado conservador que en esta ocasión, ante la perspectiva del PP de alcanzar el Gobierno de España,. le ha abandonado.

Electores prestados

Es la defección de esa franja de electores que tenía prestados CiU desde que la UCI) de Suárez se desintegró la que ha permitido en esta ocasión al PP experimentar un aumento espectacular de sufragios, que le han llevado más allá incluso de sus expectativas de doblar el número de votos y escaños. El sector más derechista de las clases medias urbanas, pero también amplios sectores rurales donde pesan más las convicciones conservadoras que los sentimientos nacionalistas, se han trasvasado en bloque a las filas populares. El máximo número de diputados que había conseguido el PP en unas autonómicas fue 11, en 1984, y ahora se ha hecho con 17, una cifra muy próxima a los 18 de UCD de 1980 El conservadurismo no nacionalista se ha reagrupado de nuevo.

El enorme despliegue que la dirección española del PP ha efectuado en Cataluña a lo largo de la campaña ha tenido, por tanto, sus frutos. Los líderes estatales del Partido Popular peinaron literalmente las cuatro circunscripciones, dando mítines en localidades del corazón de Cataluña donde nunca antes se habían atrevido a entrar.

Esta reagrupación del voto conservador la ha completado el PP arrancando de la abstención a sectores no nacionalistas de derechas que en anteriores comicios se abstenían por considerar que no iban con ellos.

La españolización de los comicios catalanes, la evidencia de que son unas primarias de las elecciones generales de marzo, ha tenido la virtud de incrementar la participación de manera notable: se ha pasado del raquítico 55% de 1992 al 63,6% de ayer. Y este incremento de la participación, que ha sido letal para los nacionalistas moderados, ha salvado a los socialistas del descalabro que predecían algunas encuestas.

El Partit dels Socialistes (PSC) ha perdido al final dos puntos. En Barcelona y Tarragona ha perdido tres, pero el incremento de cuatro puntos experimentado en la circunscripción de Girona ha atenuado el bajón. El fenómeno de Girona, el denominado efecto Nadal, ha permitido incluso recuperar uno de los, siete diputados que ha perdido en las otras tres circunscripciones. El prestigio del cabeza de lista socialista y alcalde de la capital gerundense, Joaquim Nadal, ha permitido atraer hacia el socialismo votantes fronterizos con el nacionalismo moderado que compensan las pérdidas experimentadas, sobre todo en Barcelona, que han ido a parar fundamentalmente a Iniciativa per Catalunya-Els Verds (IC-EV).

IC-EV ha logrado hacerse con todas las pérdidas de electorado sufridas por los socialistas en la circunscripción de Barcelona y arrancar probablemente abundantes votos de la abstención y de los nuevos votantes gracias al voto del área metropolitana barcelonesa, Iniciativa a logrado aumentar cuatro diputados, y pasar de 7 a 11 gracias a susexcelentes diputados barceloneses. Pero su irregular implantación en el conjunto de Catalufla ha impedido que el cuarto lugar que ha alcanzado en cuanto porcentaje de votos se tradujera en el correspondiente lugar en numero de diputados.

Voto joven

El cuarto lugar en diputados ha sido para Esquerra Republicana, que ha pasado de 11 a 13 y que consolida su perfecta distribución por todo el territorio. Este aumento de votos tiene un sabor agridulce porque el objetivo reiteradamente planteado por Colom de mantener el tercer lugar no ha sido alcanzado.

Unos 400.000 jóvenes de entre 18 y 21 años se han incorporado al censo este año, que se suman a otros tantos hace cuatro anos y un número similar hace ocho. Los menores de 30 años, más de un millón de electores, representan en estos momentos más del 20 por ciento del total de votantes. Cuidar a este sector, como han hecho ERC e IC-EV ha rendido sus frutos.

Los resultados de ayer abren todo un mundo de cambios en el panorama político catalán. Con ocho diputados por debajo de la mayoría absoluta, Jordi Pujol no podrá gobernar a partir de ahora con la tranquilidad que lo ha hecho durante los últimos casi 12 años. Con 60 diputados se le abre a CiU la posibilidad de establecer un pacto estable con cualquiera de las otras fuerzas del Parlament (todas tienen más de ocho escaños) o gobernar en minoría. El tantas veces anunciado y nunca producido declive de Convergència i Unió se puede ahora decir que realmente ha comenzado.